La Otra Opinión sobre Ayotzinapa

En La Otra Opinión, Ricardo Alemán ha dado cuenta de las incongruencias del informe elaborado por el GIEI sobre el caso Ayotzinapa y ha criticado la recepción que distintos medios ha hecho de éste.

Por este motivo, se reproducen íntegramente los textos de Ricardo Alemán sobre el tema.



 

Peña y los 43. ¿quién gana?

24 de septiembre de 2015

Todos saben que hoy se lleva a cabo la reunión de padres de “los 43” y Enrique Peña Nieto. Lo que nadie sabe es la utilidad de esa reunión.

¿Para qué un encuentro entre el presidente y familiares de los 43? ¿Qué beneficio tendrá esa reunión en el esclarecimiento de los hechos? ¿No es sólo un encuentro mediático? ¿No será un ejercicio para medir fuerzas entre Peña y los verdaderos “titiriteros” de los 43?

Las partes podrán decir misa, pero todo apunta a un espectáculo mediático sin utilidad práctica. ¿Por qué?

Porque si bien Enrique Peña es jefe del Ejecutivo, jefe del Estado y del gobierno, además de presidente de los mexicanos, también es cierto que no es Ministerio Público, tampoco Procurador de Justicia y menos juez o ministro de la Corte. Peña Nieto tampoco es perito, forense especializado en incendios y/o desaparecidos, en secuestros y tampoco es mago.

Por tanto, Peña Nieto no puede hacer otra cosa que escuchar a los padres de los normalistas, exigir a las dependencias del Ejecutivo a su cargo que aceleren las indagatorias y preparar el tercer peritaje. Y nada más.

Y frente a esa realidad, la pregunta obliga. ¿Entonces por qué familiares de los 43 quieren una entrevista con Peña Nieto; para qué? Lo cierto es que asistimos a un espectáculo político y a un circo mediático en donde los “titiriteros” de los 43 –entre los que se encuentra Emilio Álvarez Icaza–, quieren enviar el mensaje político de que tienen al gobierno de Peña contra las cuerdas.

¿Para qué y para quién el mensaje? Está claro. A los “titiriteros” de “los 43” no les importa lo que diga el presidente o lo que resulte del encuentro. Lo que buscan es hacer crecer la percepción social de que el de Peña Nieto es un gobierno débil, vencido y culpable de un crimen que –en rigor–, implica de manera directa al PRD, a Morena y AMLO.

¿Y a quien conviene que el de Peña sea visto como un gobierno débil y derrotado? Le conviene a aspirantes presidenciales como AMLO, entre otros.

En el fondo, la reunión entre el presidente y familiares de los 43 será un diálogo de sordos. ¿Por qué? Porque detrás de “los 43” está el grupo radical que calificó a Peña Nieto de “Espurio”, ignorante e inepto. Y porque el grupo que tripula a “los 43” maneja posturas irreductibles. Es decir, nunca aceparán la verdad de lo ocurrido, porque el negocio no es defender la verdad histórica sino medrar con la muerte.

Sin embargo, el escándalo pudiera dar un vuelco si el gobierno federal destapa la cloaca detrás de “Los Emilios”; los amigos Emilio Álvarez Icaza y Emilio Rabasa.

Resulta que desde su posición diplomática, Rabasa es padre de “la brillante idea” de crear un grupo de la CIDH para el caso Iguala. El favor lo recibió con beneplácito su amigo Álvarez Icaza, quien vio la oportunidad de cobrar viejos agravios.

Pero también resulta que al “meter su cuchara” en el caso de “los 43”, Álvarez Icaza no solo violenta el artículo 101.7 del Reglamento del Personal de la OEA –al incurrir en un claro conflicto de interés–, sino que el cochinero alcanza al grupo de dizque expertos de la CIDH.

Y es que entre los “titiriteros” que tripulan a “los 43” y a la CIDH, están Cencos, Alianza Cívica, MPJD, la Open Society, Abogados Democráticos, Centro Prodh y otras organizaciones estrechamente vinculadas con Álvarez Icaza y con algunos de los dizque expertos que hoy estarán con Peña Nieto y con familiares de los normalistas muertos.

¿Hasta cuando el gobierno federal destapará esa cloaca? ¿Quién gana hoy? Al tiempo.

Tomado de El Universal



Los 43: el rentable negocio de la muerte

23 de septiembre de 2015

Resulta no sólo vergonzoso, sino de náusea, que el secuestro y muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa se haya convertido en grosero negocio para políticos inescrupulosos que convierten en votos el dolor y la muerte; negocio de pingües bonos económico para dizque “expertos” de la CIDH y supuestos “científicos” argentinos que reclaman su tajada; negocio para vividores de depredadoras ONGs y hasta negocio turístico global para padres de los normalistas.

Y es que a nombre de los normalistas muertos se justifica todo lo imaginable; el saqueo, la depredación, la renta política, los votos de muerte y hasta se promueven venganzas personales. El eslogan de “Los 43” parece que justifica todo lo injustificable, menos la memoria de los normalistas muertos.

En realidad lo más importante para los vividores de esa causa no es el castigo a los culpables y tampoco la manoseada memoria de los estudiantes, sino el jugoso negocio de la manipulación de la muerte.

¿Saben por qué los normalistas fueron secuestrados en Iguala?

Porque antes de ser llevados “al matadero”, los jóvenes ya eran usados como “carne de mitin y protesta” por líderes venales y directivos escolares sinvergüenzas; porque al momento de ingresar a la normal de Ayotzinapa los muchachos ya eran carne de cañón de grupos guerrilleros y bandas del crimen organizado. Incluso en el último momento de su vida los normalistas fueron el pretexto ideal –la manipulación–, entre bandas del crimen organizado como los Rojos y Guerreros Unidos.

Pero los 43 no sólo fueron manipulados antes y durante su muerte. En realidad la memoria y la muerte de los normalistas fue convertida en el mejor negocio de un puñado de vividores de la tragedia y la muerte; los mismos que han manipulado Tlatlaya, el caso Narvarte y muchos otros. ¿Lo dudan?

1.- Paradójicamente y gracias a la manipulación de la muerte de los 43, AMLO –el verdadero culpable de que los Abarca despacharan en la alcaldía de Iguala–, hoy es el verdadero ganador de la muerte de los normalistas.

2.- Y es que igual que hizo con las raterías de Bejarano, Ponce e Imaz, AMLO convirtió el crimen de los 43 en bandera ensangrentada para su causa, a pesar de haber prohijado la tragedia.

3.- Y fue tal el éxito de la estrategia engañabobos diseñada por AMLO –y tal la torpeza del gobierno de Peña Nieto–, que la crisis de los 43 se puede convertir en la tumba de la gestión del mexiquense.

4.- Hoy la causa de “Ayotzinapa” es una bandera ensangrentada que da votos, imagen, credibilidad y prestigio a AMLO y a los radicales de su establo político.

5.- Pero no es el único ganador. Decenas de ONGs se han subido al negocio de la muerte de los 43, porque mantener vivo el engaño del supuesto crimen de Estado significa dinero; significa mantener vivo un negocio de millones de dólares.

6.- Porque mafias como la CNTE y grupos clandestinos como el EPR y otros, tienen en la muerte de los 43 una bandera que explotarán por décadas; que justificará por años el vandalismo, la violencia y la vigencia de rancios grupos clandestinos y sectores radicales.

7.- Porque para cierta prensa la bandera de los 43 es la coartada perfecta para golpear a las instituciones y –con ello–, estirar la mano de la depredación del dinero público.

Pero la causa más jugosa y la manipulación más vergonzosa del manoseo político de “los 43” la veremos en la elección presidencial de 2018.

Y es que así como en 2012 vimos la renta electoral de “la guerra de Calderón”, en 2018 veremos la renta electoral de “los 43”. Al tiempo.

Tomado de El Universal



 

Los 43: ¿no que no? ¡se derrumba la mentira histórica!

17 de septiembre de 2015

Aquí dijimos que el grupo de dizque expertos de la CIDH faltaba a la verdad. Dijimos que engañaban a la sociedad mexicana. Dijimos que el dizque informe sobre los normalistas desaparecidos no tenía nada de científico y dijimos que los supuestos especialistas no eran más que pillos que solo venían por un puñado de dólares.

Dijimos que una revisión puntual del dizque informe permitía concluir que en realidad no informaba nada; que era un documento “engañabobos” y que se había realizado con un claro fin político. Dijimos que desde la directiva de la CIDH el mexicano Emilio Álvarez Icaza vengaba afrentas políticas y que había regalado un informe a modo –elaborado por dizque expertos–, a los enemigos del gobierno de Peña Nieto.

Y dijimos que un informe serio demostraría, tarde o temprano, que los “expertos” de la CIDH no eran ni expertos ni independientes y mucho menos confiables.

Desde entonces –y luego de demostrar que el PRD, Morena y AMLO sabían que en Iguala se disputada el “negocio” del narcotráfico y siempre guardaron silencio–, los perdedores de siempre lanzaron la más feroz campaña de desprestigio, insultos e infamias contra del autor de este espacio.

Pero como no pueden engañar a todos todo el tiempo, ayer una de las instancias más reconocidas del mundo realizó un verdadero informe científico y más pronto de lo esperado confirmó que el dizque informe de los dizque expertos de la CIDH era un documento engañabobos.

Resulta que la Universidad de Innsbruck, Austria, reveló que luego de analizar los restos carbonizados recuperados por la PGR en el basurero de Cocula, confirmó la identidad de otro de los normalistas desaparecidos. El segundo identificado entre las cenizas encontradas en el basurero de Cocula, en donde los farsantes de la CIDH dijeron que no se pudo incinerar a los normalistas.

Se trata de Jhosivani Guerrero de la Cruz, el segundo de los 43 que se encontraba desaparecido. En su momento la misma universidad identificó a Alexander Mora Venancio, cuyos restos carbonizados también fueron arrojados al Río San Juan por los matarifes de la banda de los Guerreros Unidos, luego que los cuerpos de los normalistas fueron asesinados e incinerados en el basurero de Cocula.

Es decir, que asistimos a la segunda confirmación científica, avalada por verdaderos expertos –de la Universidad de Innsbruck–, de que en el basurero de Cocula sí fueron incinerados los normalistas; confirmación de que la verdad histórica de la PGR es correcta y confirmación de que el grupo de dizque expertos de la CIDH no sólo actuaron de mala fe sino que mintieron y engañaron a los mexicanos. Y también se confirma que, por todo eso, los dizque expertos deben ser expulsados del país.

Pero luego del ridículo que hicieron los “expertos” de la CIDH; luego de la vergüenza de los perdedores de siempre –sembradores de odio que apuestan por la destrucción de las instituciones–, las preguntas obligan.

¿Con qué cara los dizque expertos de la CIDH van a seguir en México? ¿No es tiempo de echarlos y exhibir y denunciar ante el mundo que se han prestado para desestabilizar a las instituciones mexicanas?

¿Qué tiene que decir Emilio Álvarez Icaza? ¿La CIDH no va a decir nada sobre el vergonzoso y alevoso proceder de sus “expertos”? ¿Quién va a pagar el descrédito al que sometieron “los expertos” al Estado mexicano, a sus instituciones y al gobierno mexicano?

¿Qué van a decir los “perdedores de siempre” sobre la mentira histórica con la que engañaron a millones de mexicanos?

Al tiempo.

Tomado de El Universal.



 

Los 43, la doble moral del PRD y Morena

16 de septiembre de 2015

A casi un año de la tragedia de Iguala, -que tiene en calidad de desaparecidos a 43 normalistas de Ayotzinapa-, la exigencia de justicia es generalizada.

Y tienen razón todos aquellos que exigen no sólo la aclaración del caso, el castigo a los responsables y también la aparición con vida de los desaparecidos.

Tienen razón todos los que exigen justicia.

Sin embargo, entre buena parte de la clase política de la llamada izquierda e incluso buena parte de la sociedad existe una doble moral que hará difícil, sino es que imposible, aclarar el crimen.

¿A qué nos referimos?

Está claro, para todo aquel que quiera verlo, que la responsabilidad política de la tragedia es de Andrés Manuel López Obrador, en tanto impulsor de la llegada de Abarca a la alcaldía de Iguala. Doble moral.

Está claro que para empezar toda investigación seria del caso lo primero que se tiene que hacer es reconocer la responsabilidad política de las llamadas izquierdas. Lo curioso es que a un año de distancia nadie, ni el PRD, ni Morena, ni AMLO, ni “Los chuchos” han reconocido su responsabilidad. Doble moral.

También es evidente que existe culpa de los gobiernos estatal y municipal. Es decir, que todo el cabildo de Iguala -y no sólo su presidente municipal-, son culpables. Sin embargo sólo están en prisión el alcalde y su esposa. Doble moral.

Otra responsabilidad fundamental es del ex gobernador Ángel Aguirre. Basta recordar que el PRD y Morena, incluso el propio López Obrador, salieron en defensa de Ángel Aguirre -en no pocas ocasiones-, cuando la tragedia ya se había producido. ¿Quién va a castigar la responsabilidad del ex gobernador? Doble moral.

La doble moral no solamente impera en la llamada izquierda y en sus líderes. No, también aparece buena parte de la sociedad. ¿Por qué razón si todos saben que Abarca fue impuesto por AMLO, apoyado por el PRD, nadie quiere aceptar esa responsabilidad? ¿Por qué esa doble moral de buena parte de los ciudadanos que, en lugar de exigir castigo de los culpables políticos como AMLO, Morena y el PRD, hoy gritan que se trata de un crimen de Estado? Doble moral.

Y en el colmo del cinismo en días recientes el ex dirigente del PRD y líder de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, propuso la creación de una fiscalía especial para esclarecer la desaparición de los 43 normalistas. ¿Por qué Zambrano no propuso una fiscalía apartidista para enjuiciar su gestión, las gestiones anteriores, y el papel de AMLO en el manoseo político electoral de guerrero?

Lo cierto es que en el caso de los 43 impera la doble moral entre la política y la sociedad.

Al tiempo.

Tomado de la Silla Rota



 

Los 43, AMLO y el narco

15 de septiembre de 2015

De los cientos de preguntas que no respondió el Grupo de Expertos de la CIDH, tres son clave en la desaparición y muerte de los normalistas.

1.- ¿Quién impuso a los Abarca en la alcaldía de Iguala?

2.- ¿Nadie detectó vínculos entre el PRD, Morena y el narco?

3.- ¿Nadie investigó al rector de la Normal de Ayotzinapa y a líderes por presuntos vínculos con el crimen organizado?

La primera pregunta la respondimos aquí el 28 de octubre de 2014, cuando probamos que Abarca fue impuesto como alcalde por AMLO. Además, cuando se produjo el crimen, la señora Abarca era precandidata de Morena para sustituir a su esposo en la alcaldía de Iguala.

Nada de eso aparece en la investigación de la CIDH y tampoco la declaración de Jesús Zambrano –formulada el 27 de octubre de 2014–, cuando dijo: “Con el aval de Andrés, Lázaro Mazón impuso a Abarca”. ¿Nada importó a la CIDH? ¿Tenían línea los “investigadores” para no tocar ese tema?

La segunda pregunta la respondimos el 1 de febrero de 2015, en especial ligas de AMLO con el crimen organizado. ¿Lo dudan?

1.- En noviembre de 2014 todo estaba listo para que Ricardo Gallardo Cardona, alcalde de Soledad de Graciano, San Luis Potosí, se convirtiera en candidato de Morena al gobierno estatal. El grupo de Los Chuchos sabía las pillerías y lo denunció ante la PGR. Frente a la denuncia AMLO se quedó callado. La PGR lo detuvo acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

2.- En 2005 AMLO dio su bendición a Juan Ignacio García Zalvidea como alcalde de Benito Juárez, Quintana Roo. En su gestión “El Chacho” robó a manos llenas y fue preso por peculado y presuntos vínculos con narcotraficantes.

3.- También en Quintana Roo, AMLO impulsó a Greg Sánchez a alcalde de Benito Juárez, quien fue detenido en 2010 por vínculos con los Beltrán Leyva y Los Zetas. En 2013, y luego de presiones políticas, Greg salió libre, dejó el PRD y se fue al PT. Dijo: “El PT es la verdadera izquierda, el partido que siempre ha arropado a Andrés Manuel López Obrador, que siempre ha estado con Greg Sánchez luchando hombro con hombro”.

4.- En abril de 2008, en Quintana Roo, Marco Antonio, “El Puma”, Mejía López, director del penal de Benito Juárez, fue detenido por presuntos vínculos con Los Zetas. “El Puma” formó parte del gobierno de AMLO como Subdirector de Operativa y de Servicios. En 2006 fue nombrado coordinador de seguridad en la campaña presidencial del tabasqueño.

5.- En septiembre de 2008, mientras “El Puma” era director del penal, entregó la concesión de alimentos a Rafael Marín Mollinedo, colaborador de AMLO en el GDF. El “negocito” se hizo a petición de Nicolás Mollinedo, el mítico chofer de AMLO. Cuando estalló el escándalo del vínculos con Los Zetas, López no dijo ni pio.

6.- El 23 de septiembre de 2010, la bancada de AMLO presentó al narcodiputado Julio César Godoy. Con la ayuda de Alejandro Encinas, Godoy tomó posesión en San Lázaro y con ello garantizó impunidad. Nadie culpó a AMLO de lo que fue una venganza contra Calderón.

7.- En mayo de 2013, cuatro maestros de la CNTE fueron detenidos por el secuestro de niños oaxaqueños. Los “maestros” secuestraban para financiar al EPR. Según la prensa oaxaqueña, Morena y la CNTE realizaron numerosas manifestaciones para exigir la liberación de los delincuentes.

8.- En diciembre de 2014 Miguel Ángel Almaraz salió de prisión. Almaraz era líder del PRD en Tamaulipas, luego de coordinar la campaña de AMLO en 2006. Fue preso en 2009 por encabezar banda vinculada a Los Zetas, dedicada al robo y tráfico de gasolina.

¿Y el crimen de Estado? Al tiempo.

Tomado de El Universal



 

Los 43; ¿los mataron por narcos?

14 de septiembre de 2015

El 7 de octubre de 2014 –10 días después del crimen de Iguala–, en el Itinerario Político deslizamos la hipótesis de que algunos líderes de los normalistas estarían vinculados con bandas del narcotráfico. Por eso habrían masacrado a los estudiantes.

La hipótesis provocó que nos lincharan. Hoy, gracias al “Informe” de “expertos” de la CIDH, la versión podría ser probada por la autoridad federal; entre los normalistas había narcos. Va el texto casi integro del Itinerario Político del 7 de octubre de 2014.

“Sin embargo, si apelamos al modus operandi de los hechos ocurridos en Iguala hace diez días, podemos suponer que, en efecto, en la persecución y masacre de los normalistas participó un grupo de sicarios del crimen organizado.

“Y es que los estudiantes que habían secuestrado camiones para regresar de Iguala a Chilpancingo, no fueron victimas de una reprimenda policial, tampoco de un escarmiento ejemplar. No, desde el momento que secuestraron camiones se desató una persecución con la clara intención de matarlos.

“Pero no se quedó en un susto, reprimenda policial o escarmiento ejemplar. No, luego de la persecución y la primera balacera contra estudiantes, un supuesto jefe criminal –presunto pariente del alcalde y del titular de Seguridad Pública–, ordenó el secuestro y posterior masacre de los normalistas.

“Hoy se sabe que desde la primera persecución y balacera, uno de los normalistas no sólo fue alcanzado por las balas, sino desollado y hasta le sacaron los ojos. También se sabe que algunos de los 28 cuerpos localizados en las fosas clandestinas fueron desmembrados, desollados y les sacaron los ojos; además de que les prendieron fuego en la fosa y los sepultaron.

“¿Qué significa que persigan a normalistas, que los maten, que sus cuerpos sean desollados y les saquen los ojos? Ese modo de barbarie es propio de un grupo criminal que sabe que un cuerpo martirizado de esa manera se convierte en un mensaje para sus enemigos. Es mucho más que una venganza.

“Y aquí es donde aparecen los paralelismos. ¿Qué ocurrió cuando desaparecieron los jóvenes del Bar Heaven? Sí, los secuestraron, torturaron y asesinaron, para luego sepultarlos en una fosa clandestina. ¿Y cuál fue el mensaje del crimen? Si hacemos memoria, recordaremos que fue una venganza contra un grupo rival, por una disputa de territorio y por el asesinato de un narcomenudista.

“En el caso de Iguala, en Guerrero, parece claro que si el móvil del crimen hubiese sido político, no habría sido necesario matar a medio centenar de personas; tampoco martirizarlas como lo hicieron los matarifes especializados en causar dolor y miedo. Un mensaje político no requiere de terror y menos de barbarie. También parece claro que si se trató de un intento por calentar la plaza –sea en contra del gobierno estatal, del municipal o de alguno de los grupos clandestinos que cohabitan en Guerrero–, el resultado fue distinto; más que calentar la plaza la incendiaron.

“Pero aparece una duda clave a la que pocos han puesto atención. ¿Qué hacían en Iguala un centenar de estudiantes de la normal de Ayotzinapa, si su centro de influencia y activismo está en la capital, Chilpancingo? ¿Por qué secuestrar autobuses en Iguala, si los pudieron secuestrar en la capital del estado; en la autopista, en otros municipios?

“Una pista que podría ser la punta de la madeja es que líderes de los normalistas podrían estar involucrados con grupos criminales adversarios a los “Guerreros Unidos”. Y el móvil del crimen colectivo podría ser un ajuste de cuentas entre bandas del narcotrafico. Y los jóvenes serían el mensaje. Al tiempo”. ¿No que no?

Tomado de El Universal



 

Los 43 y la rentable industria del desprestigio

13 de septiembre de 2015

La del desprestigio político, la mentira, el engaño y el odio ya es una de las industrias más rentables en México.

Es una industria que lo mismo tira secretarios de Estado –como el titular de Conagua–, que obliga a la renuncia de jefes de instituciones que no pueden con escándalos provocados por “hijos incómodos” –como el de Profeco–, y hasta crea groseras patrañas como el supuesto ataque a la libertad de expresión, en el crimen de la colonia Narvarte.

Pero la del desprestigio, la mentira, el engaño y el odio también es una industria rentable para fines políticos, ideológicos y electorales, como el caso de los 43 normalistas secuestrados y presuntamente asesinados.

En éste caso la novedosa industria fue tan eficaz que consiguió lo impensable; hizo responsable al gobierno federal –a los ojos de miles de ciudadanos–, de un crimen como el de Iguala, en donde los verdaderos responsables son los políticos de Morena y del PRD y los culpables son integrantes del crimen organizado.

Sin embargo, gracias a la eficacia de esa moderna industria, se hizo el milagro de convertir en crimen de Estado un asesinato a manos de matarifes del narcotráfico. Y el éxito de la nueva industria fue tal que hoy el gobierno federal se tambalea a causa de un misil envenenado.

SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN.

Y es que, como saben, la industria del desprestigio, la mentira, el engaño y el odio tiene en la sensación y la percepción sociales sus principales objetivos; a los que lanza verdaderos obuses envenenados que están muy lejos de la realidad, pero que hacen más daño que la propia realidad.

Además, la industria del desprestigio, la mentira, el engaño y el odio tiene en la moderna tecnología su principal herramienta de difusión. Nos referimos a las redes sociales. Así, un misil envenenado con odio, mentira o engaño logra el desprestigio social, intelectual, moral y hasta racial de un ciudadano, un político o un gobernante, en cuestión de segundos.

Y no importa la seriedad, la validez o despropósito con el que fue inoculado el misil; no importa si se trata de una patraña, una mentira o un invento contra tal o cual ciudadano, político o servidor público. Lo que importa es que pega directo en la sensación y la percepción sociales y –por ese solo hecho–, el contenido del misil se convierten en realidad; por el sólo hecho de circular en las redes sociales.

De esa manera, para las mayorías ciudadanas –y para los usuarios de redes–, todo lo que circula en las redes es real, verídico y cierto. A pocos les importa verificar la veracidad de lo que se dice en redes. Tiene valor y validez porque lo mueven aquellos que suponen superioridad moral y ética.

Y en el nuevo circo todo marca no solo tendencia entre los usuarios sino que construye sensación y percepción social. Como saben, la sensación es la respuesta a un estímulo, en tanto la percepción es la primera aproximación al conocimiento, a los hechos, las ideas, a través de los sentidos.

DEL FRUADE DE 2006 AL CRIMEN DE ESTADO DE 2015.

De esa manera, una campaña para desprestigiar, debilitar o tratar de tirar adversarios, enemigos, contrincantes u odiados, no requiere más explicación y más prueba que un tuit o un feis salidos de la supuesta o real superioridad moral, política, ética o periodística. Y si tienen dudas, las pruebas abundan.

La noche del 6 de julio de 2006 se construyó uno de los mitos más espectaculares de la industria del desprestigio, la mentira, el engaño y el odio. Los perdedores de siempre –perdedores en esa elección–, inventaron un supuesto fraude que hoy –gracias a la sensación y la percepción social–, muchos siguen creyendo. Algo parecido ocurrió con la elección de 2012 en donde misiles engañabobos también hablaron de fraude. Hasta hoy nadie ha podido probar dichos fraudes. Todo quedó en percepción estimulada por las redes.

Otro caso de proporciones escalofriantes –estimulado por burócratas del Cisen, hoy despedidos–, es el de Tlatlaya, en donde según el juez de la causa no existe una sola prueba de ejecución extrajudicial pero que no dictamina por temor al juicio mediático. Resulta que Militares enfrentaron a criminales, a los que mataron, pero hoy los uniformados son culpables mientras familiares de los verdaderos criminales piden indemnización.

También producto de una venganza política fue el juicio mediático contra Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, a quien la industria del desprestigio, la mentira, el engaño y el odio aniquiló, sin contar con una sola prueba. La misma industria del descrédito fue empleada a favor de la conductora despedida por MVS, quien pretendía convertirse en víctima y hasta trató de cobrar una fuerte indemnización, gracias a un mecanismo similar; el de la victimización.

LOS 43 Y EL GOBIERNO PARALIZADO.

Pero el caso más exitoso de la industrias del desprestigio, la mentira, el engaño y el odio es el de los normalistas de Ayotzinapa. Todos saben que el alcalde de Iguala fue impuesto por AMLO y por el PRD. Todos saben que la responsabilidad legal es del municipio y del gobierno perredista de Guerrero. Pero hoy muchos no solo crucifican al gobierno federal sino que acusan que se trató de un crimen de Estado.

¿Por qué razón se llegó a un estado de cosas que parece de locos?

1.- Porque la industria del desprestigio, la mentira, el engaño y el odio –que está en manos del México bueno, ese que tiene en AMLO a su mesías–, ha tenido un éxito rotundo; porque esa industria no solo es boyante sino que parece incontenible y porque es una industria que se prepara para su mayor éxito; 2018.

2.- Porque el gobierno federal, los gobiernos estatales y los partidos políticos no solo son ignorantes de una tecnología y una metodología que no entienden y no quieren entender, sino que no se han dado cuenta que viven la metáfora de la rana y el agua tibia.

3.- Porque el gobierno de Enrique Peña Nieto fracasó rotundamente en la estrategia de contención de la industria del desprestigio. Y fracasó porque no existe una real estrategia de redes sociales y porque sus voceros no entienden que no entienden nada de control de daños.

Basta ver la reacción del gobierno federal desde el momento que se produjo la tragedia de Iguala, hasta hoy, para entender que son error tras error, lo que ya es un horror.

A lo largo de un año nadie ha podido explicar a la sociedad que el gobierno estatal y municipal son responsables, que el crimen organizado es culpable y que no es un crimen de Estado.

Y si no pueden con eso, menos pueden con la nueva y exitosa industria. Al tiempo.

Tomado de El Universal



 

Ilegal y hasta delictivo el informe de “expertos”

9 de septiembre de 2015

Está claro que el gobierno mexicano solicitó la intervención de la CIDH para esclarecer el crimen de normalistas en Iguala, lo que confirma la debilidad del Estado.

Es claro que el grupo de expertos tienen el aval de la CIDH para encontrar la verdad en la desaparición de los jovenes, lo que habla del descrédito de los expertos mexicanos en la materia.

Pero lo que no queda claro son las facultades legales que ampararon entrevistas e interrogatorios a testigos y actores de los hechos –motivo de una averiguación previa–, que realizaron los “expertos” foráneos.

¿Con qué fundamentos legales –nacionales y/o internacionales–, los “expertos” o “peritos” recabaron las testimoniales? ¿Qué valor jurídico tiene la prueba testimonial en un dictamen pericial como el del GIEI? ¿Con qué facultades actuaron y actúan “expertos” y/o “peritos” de la GIEI, que en los hechos asumieron facultades de Ministerio Público o Juez?

Para empezar, se debe aclarar que todo peritaje es un dictamen que se sustenta en consideraciones y conclusiones. Y si el peritaje no se ajusta a reglas legales y principios internacionales, sus consideraciones y conclusiones son irrelevantes.

Además, todo dictamen pericial –independiente de su naturaleza o materia–, no se sustenta ni se puede sustentar en la prueba testimonial o en declaraciones. La testimonial –por su propia naturaleza jurídica–, no es congruente con la pericia, la ciencia o la técnica a que está sujeta toda prueba pericial.

Y viene a cuento porque en el “informe” de “expertos” y/ o “peritos” “independientes” del GIEI, más del 90% de las valoraciones son producto de entrevistas a testigos, de especulaciones, interpretacion de hechos, recortes de prensa, supuestos, creencias y hasta rumores. ¿Y eso qué significa?

1.- Que tomar declaraciones de personas, especular o dar por ciertos rumores, no es científico y tampoco tiene rigor técnico.

2.- Que los dictámenes y conclusiones –como los elaborados por el GIEI– a partir de esas deficiencias, carecen de toda eficacia probatoria y no resisten la sana crítica inherente al análisis de la prueba pericial.

3.- Que si esas declaraciones no tienen sustento cientìfico o técnico, menos tienen valor probatorio para autoridad alguna; sea la Suprema Corte, un Tribunal Colegiado, Tribunal Unitario, tanto del Fuero Federal como del Fuero Común. Y menos para una instancia internacional.

4.- La prueba testimonial, es decir la declaracion de personas –en el ámbito penal–, se rinde ante el ministerio público y/o el juzgador y toda declaración de carácter judicial debe rendirse ante esas autoridades.

5.- Toda persona que intervenga con el carácter de perito en un procedimiento judicial debe constreñirse a lineamientos y principios determinados por la prueba pericial de la materia que se trate.

6.- Si el perito no cumple con esos lineamientos, puede incurrir en delito, según el Código Penal Federal, en su articulo 247.

Lo curioso es que el “informe” de los “expertos” “independientes” se sustenta –sobre todo en los dos temas más controvertidos–, en meras especulaciones. ¿Y cuales son esos dos temas?

A.- El supuesto especialista, José Luis Torero dijo –sin hacer ninguna prueba científica, salvo su opinión–, que no era posible quemar en el basurero de Cocula los cuerpos de los 43.

B.- La ocurrencia del “quinto autobús” se basó –según el propio texto del informe–, “en testimonios de los alumnos y del chofer de la unidad, recabados por expertos”.

Es decir, se trata de un informe ilegal y hasta delictivo.

Así o más claro. Al tiempo.

Tomado de El Universal



 

Informe “engañabobos” de “expertos” en mentir

8 de septiembre de 2015

Resulta difícil creer que Emilio Álvarez Icaza, Secretario Ejecutivo de la CIDH, pudiera avalar el informe del “grupo de expertos” que durante seis meses y luego de un millón de dólares, presentaron sobre la desaparición de los 43 normalistas.

Claro, a menos que Álvarez Icaza pretenda cobrar facturas porque en México le cerraron el paso a la presidencia de la CNDH.

En todo caso –y más allá de la evidente parcialidad legal, política y científica de los dizque “expertos”–, llama la atención la candidez y la poca capacidad de respuesta del gobierno federal, que dejó que el juicio mediático y el circo en redes sociales aplastaran la verdad legal del crimen contra los 43 y que, por ejemplo, sustenta el proceso penal que se sigue contra más de cien presuntos responsables que están en prisión.

Es decir, que si la autoridad mexicana hace caso al “chabacano” informe de “expertos” de la CIDH –que “piensa” que los normalistas no fueron incinerados–, entonces deberá dejar en libertad a todos los detenidos –muchos confesos de haber quemado a los estudiantes en el basurero de Cocula–; entonces los Abarca serían hermanas de la caridad y entonces el “horrible crimen de Estado” ameritaría la renuncia de Enrique Peña Nieto.

Y claro –en esa lógica–, las bandas criminales que ordenaron matar a los normalistas merecerían un homenaje nacional y el perdón público, porque se les habría involucrado, sin pruebas, en un crimen que no cometieron. De ese tamaño es el montaje y engaño de los dizque expertos de la CIDH.

Pero el escándalo es mayor cuando el “informe de los expertos” está plagado de perlas que muestran a los dizque expertos como engañabobos. ¿Lo dudan?

Una parte dice: “ese hecho nos llevó a pensar que al autobús tiene algo que ver en los ataques hacia los estudiantes”. ¡Una mera ocurrencia!

Otro dice “El grupo (GIEI) piensa que hay que analizar si ésta es una hipótesis fiable”. ¡Milagro, un colegiado que piensa idéntico!

Otra perla: “Iguala es un lugar de tráfico de heroína muy importante y según la información pública”. ¿Cuál información pública? ¿De quien? ¿Cuándo?

Más: “El negocio que se mueve en la ciudad de Iguala podría explicar la razón extremadamente violenta”. ¡Mas supuestos que soportan el informe científico!

Otra. “En el (GIEI) se ha generado la convicción de que los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula”. ¡Informe científico basado en actos de fe!

Y una perla: “Dada la evidencia, en ese momento la Policía Municipal de Iguala no tenía elementos para suponer que perseguía a Los Rojos”. ¡De risa loca! A partir de una evidencia concluyen que –a su vez–, un tercero no podía suponer!

Y de las decenas de ocurrencias, mentiras, creencias, supuestos, y presunciones que plagan al “informe científico”, la joya de la corona.

“No decimos que no se haya podido dar (la incineración de los normalistas en el basurero de Cocula), pero sí decimos que ese evento así tal y como ha sido descrito no pasó y toda evidencia recolectada por la PGR y el equipo argentino muestran que se han dado fuegos de pequeñas dimensiones y temporalidad indefinida”. ¡El informe chimoltrufia!

Y si no los incineraron, ¿de donde salió un hueso calcinado de Alexander Mora Venancio, identificado por científicos de Austria?

Un gobierno democrático que se respete habría expulsado del país a los dizque expertos que inventan el hilo negro, desprestigian instituciones y ofenden la inteligencia de los mexicanos. Claro, de los mexicanos que piensan. Al tiempo.

Tomado de El Universal