LA LARGA COLA DE BARTLETT

Funcionarios del Departamento de Justicia de EE.UU. advirtieron que si Bartlett ingresa a ese país sería detenido de inmediato

El director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, es un siniestro personaje que formó parte del sector más oscuro y represivo del régimen autoritario encabezado por el PRI y que ahora está refugiado en las faldas del obradorismo.

Lo que publica la revista Proceso de esta semana no es más que la puntita de la gran cola que arrastra Bartlett y que no se ha podido cortar por más esfuerzos purificadores que en su favor haya hecho su actual protector, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con la revista Proceso, funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos advirtieron que si Bartlett ingresa a ese país sería detenido de inmediato para ser interrogado acerca del asesinato y tortura del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, que tuvo lugar en 1985.

En nuestro marco jurídico, los delitos relacionados con esa agresión que sufrieron el agente estadounidense y  su piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar, ya prescribieron. Pero en Estados Unidos los cargos contra los presuntos responsables siguen vigentes.

El agente de la DEA y el piloto mexicano fueron secuestrados y asesinados por instrucciones de del capo Rafael Caro Quintero, como represalia porque descubrió y denunció la existencia del rancho “El Búfalo”, en donde se procesaban cotidianamente miles de toneladas de marihuana.

A punto de ser detenido en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, Caro Quintero pudo huir debido a que estaba escoltado por “agentes de la Dirección Federal de Seguridad”, que mostraron sus charolas para repeler la acción de la Policía Judicial Federal.

Aquí es en donde entra Bartlett en esta historia. Quienes impidieron la detención de Caro Quintero en realidad no eran agentes de la DFS, sino sicarios que habían obtenido sus charolas de la dependencia gracias a los buenos oficios de su titular, José Antonio Zorrilla Pérez.

Cuando se descubrió que la DFS le daba protección al Cártel de Guadalajara, encabezado por Caro Quintero, y a otros grupos del crimen organizado, su titular, Zorrilla Pérez, no fue investigado. Por el contrario, estuvo a punto de ser premiado con una diputación federal a petición, precisamente, de su jefe directo, el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett.

Esta protección política que Bartlett le intentó dar a Zorrilla Pérez al investirlo de fuero y el hecho de que el titular de la DFS pudiera operar como lo hacía, a favor del crimen organizado desde Gobernación, es quizá lo que desde entonces llevó a la DEA a sospechar que contó no solo con la protección, sino con la complicidad de Bartlett.

Como subalterno de Bartlett, Zorrilla Pérez cometió otros crímenes, entre ellos el asesinato del periodista Manuel Buendía en mayo de 1984, debido a que éste ya había descubierto las ligas de Zorrilla con el narcotráfico y estaba a punto de publicar lo que sabía.

Zorrilla Pérez desvirtuó las primeras investigaciones sobre el crimen, secuestró documentos del archivo del periodista e hizo todo lo que estuvo a su alcance para desviar la vista hacia otro lado, siempre cobijado políticamente por su jefe Bartlett.

Terminó el sexenio de Miguel de la Madrid, durante el cual Bartlett fue secretario de Gobernación, y Zorrilla nunca fue molestado ni por el asesinato de Buendía ni por el de Enrique Camarena. Ni por ninguna otra causa.

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Tuvo que llegar el nuevo gobierno para que la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal realizara una nueva investigación, la cual concluyó con la responsabilidad de Zorrilla por el asesinato de Buendía en calidad de autor intelectual.

Al frente de la DFS, Zorrilla Pérez era el brazo ejecutor de las acciones intimidatorias de Bartlett, como cuando intimidó y amenazó al fundador de Proceso, Julio Scherer García, padre de quien es ahora el consejero jurídico del presidente López Obrador. 

Pero a Bartlett nunca nadie lo molestó. Luego del penoso pasaje del supuesto fraude del 88, cuando se le cayó el sistema, encontró cobijo en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, primero como secretario de Educación Pública y luego como gobernador de Puebla, cargo que ejerció con autoritarismo y represión.

A la caída del régimen del PRI, en el año 2000, todavía alcanzó que su partido de toda la vida le concediera una senaduría. A partir de entonces empezó a sufrir ataques de asco hacia el partido que le dio todo y buscó acercarse hacia el nuevo líder político, Andrés Manuel López Obrador.

Y ahí están Bartlett y su gran cola dentro de la autodenominada “Cuarta Transformación”.  El busca lavar su cara. López Obrador lo defiende a capa y espada, no sabemos a ciencia cierta por qué. Pero por más que los fanáticos obradoristas lo vean ahora como un político purificado, la historia no lo absolverá. 

OFF THE RECORD

**UNA MENTIRA MIL VECES…

El presidente López Obrador volvió a mentir –Ooootra vez–  al decir que el actual gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, aprobó el crédito con el que fue adquirida la planta de Fertinal.

Esa mentira ya la había dicho antes. Y ya anteriormente el aludido había aclarado que Bancomext otorgó es crédito en octubre del 2015 y él se incorporó a la institución un mes después.

Alguien dijo una vez que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.

¿Cuántas faltan?

 **LANA PARA PUEBLOS ORIGINARIOS

Quienes formen parte del PES en el Congreso de la Ciudad de México buscarán que una parte de los recursos capitalinos se etiqueten como presupuesto participativo para que puedan ser ejercidos por los pueblos originarios.

El candidato a diputado local por el distrito VII, de Tláhuac, Edson Cadenas Martínez, resaltó que “la participación de los pueblos originarios en la capital sigue siendo desafortunadamente una deuda pendiente”.

En tanto, la candidata por el distrito XXXIII, de Magdalena Contreras, Mariana Ortega Segovia, dijo estar verdaderamente comprometida con el apoyo y reconocimiento que deben tener  los barrios y pueblos originarios de la Ciudad de México.

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