La doble moral del INE

Este miércoles, el Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova anunció que el Instituto se solidarizará con la la situación económica que atraviesa el país, por lo que adoptará medidas de austeridad presupuestaria para 2017. Sin embargo, los recortes presupuestales no incluirán los gastos más cuestionados por la ciudadanía y los medios de comunicación: la construcción del nuevo complejo del INE—que costaría mil 100 mdp— y el sueldazo de los asesores de los consejeros.

En 2017, el INE deberá organizar elecciones de gobernador en Coahuila, Nayarit y el Estado de México —entidad con el padrón electoral más grande del país— y de ayuntamientos en Veracruz. Asimismo, a partir de septiembre dará inicio el proceso electoral de 2018 en el que se renovarán diputaciones locales, senadores y al nuevo presidente del país.

A pesar de calificar las elecciones de 2018 como las más grandes y complejas de la historia del país, Córdova aseguró que el INE es una institución comprometida con la austeridad, por lo que se encuentra en un proceso de modernización con el fin de ser menos costoso para la sociedad mexicana.

Pero ¿Dónde está la calidad moral del Instituto Nacional Electoral?

Cabe señalar que el salario de los asesores del INE no es precisamente austero. El Instituto cuenta con 112 asesores cuyo salario oscila entre 18 mil y 119 mil pesos al mes; en total, el INE gasta alrededor de de siete millones de pesos mensuales, únicamente en el sueldo de los asesores. No obstante, Córdova negó que el recorte presupuestal vaya a tocar este rubro.

El recorte tampoco contempla una disminución del presupuesto para la construcción de dos nuevos edificios y un museo en las oficinas del INE. Aunque Córdova insiste en que con estas obras ahorrará hasta 100 millones de pesos anuales en rentas, expertos aseguran que será hasta 2035 que el Instituto comience a recuperar el dinero invertido y que gran parte del gasto es innecesario.

Entonces, ¿Qué gastos se van a recortar? Pero si el presidente del INE quiere honrar su palabra y solidarizarse con la situación económica del país, lo adecuado sería que se disminuyeran algunos de los gastos más ridículos como la renta de automóviles para el traslado de los consejeros, que cuesta 227.5 millones de pesos; el servicio de choferes —uno por consejero—, con sueldos de entre 12 mil 230 a los 36 mil 248 pesos al mes; o los viáticos cada vez que se organiza un congreso, cuyo monto total asciende a los 21.2 millones de pesos.

¿De verdad serán solidarios los consejeros? ¿Renunciarán a esos privilegios? ¿O manejarán un doble discurso y una doble moral?