La Ciudad de México es igual a un cuento de Cortázar

El escritor argentino Julio Cortázar publicó en su antología de cuentos Todos los Fuegos el Fuego, la narración “La Autopista del Sur”, en donde relata lo que ocurre con varios automovilistas luego de verse atrapados en un embotellamiento que tiene lugar un domingo a las afueras de París.

Los personajes son nombrados como el modelo de automóvil en el que se trasladan, y a lo largo de las líneas vamos descubriendo un poco de sus personalidades, debido a que el tráfico los retrasa no por horas, sino por días, y por esta razón deben socializar y resolver los problemas que se van presentando en el camino, como el hambre, la sed, el cansancio, el frío o el calor.

En el cuento nunca se revela al lector la razón por la que los coches quedan varados tanto tiempo en la autopista; sin embargo el problema se puede atribuir a cualquier causa que afecta a las ciudades. Desde una manifestación, un accidente, el mal tiempo o la mala suerte.

Resulta curioso que hoy en la Ciudad de México, como muchos otros días, los capitalinos –y aquellos que arriban de provincia a diario– se enfrenten a una situación similar, pues desde temprano se han registrado embotellamientos que entorpecen las actividades cotidianas.

El motivo son las manifestaciones organizadas por los mismos de siempre: la CNTE, el SME, los padres de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa y algunos grupos religiosos que defienden “la vida y la familia”.

Los contingentes se deben a la presentación del Cuarto Informe de Gobierno del presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

A pesar de que el tráfico de hoy en la Ciudad de México es peor que otros días, no se compara con el tráfico que se genera en el cuento de Julio Cortázar, “La Autopista del Sur,” donde la situación es caótica.

No obstante, hay estudios que demuestran que por marchas en la capital del país, los ciudadanos pierden cerca de 14 días al año.

Es decir que si juntáramos todas las manifestaciones y todos decidiéramos transitar por la ciudad en vehículos motorizados estaríamos atrapados en éstos casi el mismo tiempo que pasan los personajes del cuento.

En la narración la gente comienza a crear una dinámica de vida para poder sobrellevar la situación. En la vida real, si las manifestaciones siguen siendo constantes, no debería extrañarnos que en algunos años el automóvil deje de ser sólo un medio de transporte y se convierta en nuestra casa… ¿O sí?