El pasado lunes concluyó el periodo de Rosy Laura Castellanos, la única integrante que quedaba del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, un órgano colegiado honorario encargado de regular, asesorar, evaluar y dar seguimiento al funcionamiento del organismo.
De esta manera, el Consejo Consultivo quedó nulificado, con lo que la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, podrá manejar el organismo de manera unipersonal, sin molestarse en consultarle a nadie y sin que un “estorboso” órgano colegiado revise y opine sobre sus decisiones.
EL Consejo Consultivo de la CNDH se empezó a resquebrajar desde el momento mismo en que Rosario Piedra fue nombrada titular del organismo por la aplanadora de Morena y sus rémoras en el Senado. A pesar de que no cumple con los requisitos que señala la Constitución.
La 4T asume el control total de la CNDH
En protesta por el nombramiento ilegal de Rosario Piedra. Cinco integrantes del Consejo Consultivo renunciaron al cargo de manera irrevocable el 19 de noviembre del 2019.
Otro integrante había renunciado un poco antes al ver que era inevitable la imposición de Rosario Ibarra por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y uno más lo hizo el 10 de marzo del 2020.
De los tres integrantes que quedaban en el Consejo, dos concluyeron su encargo en meses pasados. Y la única sobreviviente, Rosy Laura Castellanos, dejó el cargo el lunes porque también terminó el periodo para el que fue electa por el Senado.
En cuanto renunciaron cinco integrantes del Consejo Consultivo, el Senado debió convocar a la elección de los consejeros sustitutos. Lo mismo que para cubrir las vacantes de quienes concluyeron su mandato.
Pero Morena, que controla el Senado, le dio largas al asunto. Esto con la clara intención de que al final Rosario Piedra, obediente ciega del presidente López Obrador, se quedara con el control total de la CNDH. Y lo consiguió.
JC
