El periódico estadounidense The New York Times, publicó este miércoles un reportaje que tituló: “El Caso Ayotzinapa se resolvió en México. Hasta que las pruebas se desmoronaron”, donde Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, admitió que los mensajes de WhatsApp en los que sustentó su investigación pudieron haberse fabricado.
Investigación de AMLO por caso Ayotzinapa carece de veracidad
En el reportaje se destaca que el presidente López Obrador, aseguró que su gobierno por fin había resuelto el misterio de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa; el cual se resumía a que tras ser secuestrados en 2014, los estudiantes fueron asesinados por narcotraficantes en conjunto con la policía y el Ejército.
Sin embargo, “el caso se ha desbaratado desde entonces”, pues se desecharon órdenes de aprehensión contra militares, el fiscal principal renunció y ahora, “la columna vertebral del nuevo y explosivo reporte del gobierno está en duda”.
En ese sentido, Encinas Rodríguez, confirmó que mucho de lo que se presentó como evidencias nuevas y cruciales no pudieron verificarse como reales.
“Hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado”, dijo el funcionario de la Segob.
El medio estadounidense agrega que hubo prisa del gobierno por entregar respuestas y todo resultó en una serie de tropiezos: una Comisión de la Verdad que confió en pruebas sin sustento y una investigación penal que privó a la fiscalía de sospechosos clave.
TE PUEDE INTERESAR | Alejandro Encinas dice no sentirse presionado por caso Ayotzinapa
Relatan que la presión venía desde lo más alto, es decir, del presidente López Obrador, pues se comprometió a que este año se resolvería el caso de los 43 normalistas.
Mensajes de WhatsApp en caso Ayotzinapa
Encinas Rodríguez obtuvo un conjunto de mensajes de WhatsApp presuntamente enviados en 2014 por delincuentes, militares y funcionarios implicados en la desaparición y revelaban el “espeluznante asesinato de los estudiantes”.
Pero después de que surgieron dudas sobre la autenticidad de los mensajes, Encinas Rodríguez reconoció que no había conseguido verificar muchas capturas de pantalla y tuvo que desechar varias de ellas.
SG