Independientes, ¿los nuevos reventadores electorales?

Todo el mundo habla de los candidatos independientes. Que si son la panacea, que si son la alternativa que el país necesita, que si llegaron a echar por pies a los partidos, que si, que si, que si…

La popularidad de los independientes es tal que el cinco de junio competirán 483 de estos candidatos.

Mientras que el año pasado –en la elección intermedia–, se registraron poco más de 500 independientes este año sumaron 566.

Y así como en 2015, de los más de 500 registrados, sólo 21 cumplieron con los documentos necesarios y seis ganaron en las urnas; este año, poco menos de 100 aspirantes registrados declinaron en sus aspiraciones por la falta de firmas o la imposibilidad de cumplir otros requisitos.

No hay duda, para muchos, las candidaturas independientes son la ruta a seguir.

Sin embargo, pocos entienden la perversidad que esconden estas apuestas políticas. Y es que, según parece, en algunos casos las apuestas independientes se utilizarán para reventar a la oposición. ¿Quiere pruebas?

El pasado 11 de marzo, la diputada de Aguascalientes, Elsa Landín, exhibió a uno de los supuestos candidatos independientes a diputado, Juan Ruvalcaba, en un mitin de la candidata priista, Lorena Martínez.

En tono de burla, Landín celebró que “hasta el independiente” se incorporara a la ola priista.

Y según algunos medios, el señor Ruvalcaba se limitó a responder a la publicación con un “par de putos”.

No sólo es cuestionable la respuesta grosera del que parece ser un vividor de la política. Sino que es doblemente reprobable que un hombre que dice competir por la libre también apoye y aplauda a la candidata del PRI, ¿no que muy independiente?

A todas luces, figuras como Juan Ruvalcaba son empujados al ruedo para atomizar la competencia y favorecer a los partidos con estructura –como el PRI–, sin embargo, para la gran mayoría, las candidaturas independientes llegaron a resolvernos la vida, ¿será que nadie se da cuenta de este gran engaño?