Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador habla sobre proteger al pueblo bueno y sabio parece que no se refiere a los 30 millones de simpatizantes que lo llevaron a ocupar Palacio Nacional, ni siquiera a aquellos que han pasado por situaciones adversas que vieron en él una oportunidad de justicia.
Así lo dejó en claro este lunes cuando desairó las intenciones de familiares de personas desaparecidas en su visita al estado de Veracruz a quienes no saludó para cumplir con la “sana distancia”.
No obstante, al tabasqueño no le importó mucho seguir con las medidas de seguridad sanitarias durante su pasada visita a Badriaguato, Sinaloa, el pasado 29 de marzo cuando sin ninguna precaución decidió levantarse e ir hasta el vehículo de doña Consuelo, madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Además del hecho de que en innumerables veces el mandatario ignoró las recomendaciones de la propia Secretaría de Salud (Ssa) para cumplir con sus caprichos o llevarle la contraria a los opositores.