Es bien sabido que en Guerrero las cosas no marchan bien; pues todos los días hay noticias de crímenes en la entidad que evidencian la inseguridad que ahí se vive.
En días recientes -y también a consecuencia de la violencia- se han reportado cierres de escuelas, ya sea por amenaza de delincuentes, y protestas o bloqueos por parte de la CNTE en el estado.
Además no hay que dejar de lado la crisis de Iguala, que después de la desaparición de los 43 dejó al descubierto presuntos vínculos entre los algunos normalistas con el crimen organizado.
Por si fuera poco, se dio a conocer en medios que en Guerrero se están cazando a los jefes policíacos de Acapulco, donde han sido asesinados cuatro mandos en lo que va del año.
Hay quienes aseguran que estos crímenes no son más que un ajuste de cuentas en contra de los policías, que supuestamente tuvieron pactos con el narcotráfico.
Sin embargo, nosotros nos preguntamos si acaso el repunte de violencia en Guerrero está relacionado con el cambio de gobierno. ¿No será que las bandas delincuenciales están probando al gobernador, Héctor Astudillo?
Sea por una razón u otra, alguien tiene que poner freno a la inseguridad en el estado, pero ¿quién será el aventado que lo haga, si hasta Miguel Osorio dijo que los gobernadores anteriores no pudieron?