El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) minimiza el problema del desbasto de medicamentos, algo que padecen millones de mexicanos en el país.
Por más que en Palacio Nacional digan que el desabasto de medicamentos no es tan grave, la terca realidad se empeña en contradecirlos.
Ejemplos hay muchos, pero hay uno que podría abrirle los ojos al director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, sobre el tamaño del problema.
Cosa de darse una vuelta por la Clínica 31 ubicada en Iztapalapa, Ciudad de México (CDMX), aunque hay que madrugar, pues la larguísima fila para surtir recetas se forma desde las 4:00 horas a pesar de que la atención inicia a las 8:00 horas.
Y todo para salir con las manos vacías o a medias, pues muchos medicamentos no están disponibles, o se acaban temprano, lo que obliga a los pacientes a regresar a sus casas con la recomendación de volver otro día, pero pronto, pues las recetas tienen vigencia de 72 horas.
A años luz de tener un sistema de salud como el de Dinamarca, el gobierno de AMLO minimiza el problema del desbasto de medicamentos en todo México.