FOCOS ROJOS EN MORENA

@pepecontreras_m

Morena, el partido en el poder, enfrenta un panorama nada alentador cuando faltan dos meses y medio para los comicios concurrentes en los que se renovará la Cámara de Diputados, se elegirán 15 gobernadores y se definirán miles de otros cargos de gobierno y de representación popular.

La prioridad para Morena es conservar la mayoría absoluta que tiene en la Cámara de Diputados, pues de ello depende en buena medida la continuidad del proyecto político encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Morena enfrentará una serie de circunstancias que podrían llevarlo a no obtener ese objetivo, entre las que se encuentran la ausencia del efecto López Obrador, las pugnas internas por la definición de candidaturas, la influencia negativa del efecto Félix Salgado, el confinamiento debido a la pandemia y la dispersión de sus partidos satélites.

Un dato relevante al que no le hemos puesto mucha atención es que en el 2018, la población votó abrumadoramente a favor de López Obrador, pero no hizo lo mismo con Morena como partido.

En la elección presidencial de ese año, López Obrador obtuvo el triunfo con el 53.19 por ciento de la votación, mientras que en la elección de la Cámara de Diputados, que es la que habrá este 2021, Morena solo obtuvo el 37.16 por ciento de la votación.

Esta diferencia de 16 puntos nos confirma que la gente votó de manera contundente por la figura que representaba entonces López Obrador, pero hubo un voto dividido en la elección de los diputados federales.

Con el 37.16 por ciento de los votos en el 2018,  Morena no hubiera logrado la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, pues incluso la legislación se lo impide. Sin embargo, tiene esa mayoría en virtud de maniobras políticas a las que se prestaron sus rémoras del PT, del PES y del PVEM.

Si con el efecto López Obrador Morena obtuvo el 37.16 por ciento de la votación en el 2018, se puede esperar que para las elecciones del próximo 1 de junio obtenga menos sufragios debido a que, insistimos, no tendrá el empuje que tuvo hace tres años por quien era su candidato presidencial.

A lo anterior hay que agregar que en los próximos comicios Morena enfrentará a una coalición integrada por PAN, PRI y PRD, partidos que en conjunto obtuvieron en el 2018 el 39.79 de la votación, más de lo que obtuvo Morena.

A diferencia del 2018, cuando Morena celebró una coalición total con el PT y con el PES, este año el partido en el poder competirá en alianza parcial con el mismo PT y ahora con el PVEM, pero los tres partidos competirán coaligados solo en 150 de los 300 distritos electorales, lo que significa que pelearán entre ellos mismos por la otra mitad.

Morena no contará ahora con el PES, partido que competirá solo, al igual que los dos nuevos satélites, Fuerza por México y Redes Progresistas. Ninguno de estos tres partidos podrá surtir de votos a Morena ni siquiera en una eventual alianza de facto, porque cada uno de ellos luchará por su sobrevivencia y necesita los votos para sí mismos.

El Covid-19 también será un factor que juegue en contra de Morena. En tiempos de confinamiento son escasos los actos masivos, se dificulta el acarreo y la compra de voto y se incrementa el abstencionismo. En estas condiciones, el partido más favorecido es el que tiene la mayor cantidad de voto duro y la más eficiente estructura electoral. Y ese partido se llama PRI.

En el 2018 Morena ganó muchos distritos electorales gracias precisamente a la estructura del PRI, que líderes regionales de distintos puntos del país pusieron a disposición del obradorismo porque ni el candidato presidencial priista ni el dirigente nacional de este partido lograron hacer química con las bases.

Ahora la situación es diferente. El PRI es el partido que gobierna en la mayor cantidad de estados. Y aunque la marca “PRI” arrastra un ganado desprestigio, su estructura electoral está intacta y será usada para impulsar a los candidatos a gobernadores y a diputaciones federales.

Este fenómeno ya lo vimos en las elecciones del pasado mes de octubre en Coahuila e Hidalgo. En ambos casos, Morena había arrasado en las elecciones del 2018, hasta el grado de obtener el control total del Congreso de Hidalgo. Pero dos años después, el PRI se llevó carro completo en ambas entidades.

Finalmente está el efecto Félix Salgado, que Morena sufrirá inevitablemente y que se traducirá en voto de castigo de parte de un amplio sector de mujeres que no le perdonarán a este partido el aferrarse a brindar protección política a un personaje acusado de violación.

Nadie posee una bola de cristal para predecir el resultado de las elecciones del próximo mes de junio. Pero hay elementos suficientes para suponer que Morena será de los partidos que enfrente mayores problemas para triunfar.

OFF THE RECORD

**POR OFICIALÍA DE PARTES

La petición del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que sea investigado el juez que suspendió su reforma eléctrica será enviada al área correspondiente del Consejo de la Judicatura para que se determine si procede o no lo solicitado.

Es decir, la intimidante carta del jefe del Ejecutivo al presidente de la Corte y del Consejo de la Judicatura será tratada como si hubiera llegado por Oficialía de Partes. 

**OLA DE AMPAROS

Es un hecho que vienen más amparos contra la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica. 

Varios de estos amparos provendrán de comunidades indígenas en cuyos territorios se habían instalado parques eólicos y fotovoltaicos que hacían más rentable y amigable para el medio ambiente su hábitat.

¿A ellos tampoco podrán protegerlos los jueces?

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