Luego de lo que pasó esta mañana en Chiapas, posiblemente el presidente Andrés Manuel López Obrador esté arrepentido de haber desmantelado al Estado Mayor Presidencial.
Y es que si aún operara el EMP, ese bloqueo al convoy en el que viajaba el presidente de la República simplemente no hubiera ocurrido.
El EMP aplicaba protocolos que permitían anticiparse a este tipo de eventos. Desde tres días antes, una avanzada de este órgano de seguridad se desplazaba hacia el sitio que visitaría el presidente para generar las condiciones que permitieran su traslado y estancia sin contratiempos.
Te recomendamos: Encierran en “jaula de oro” a Saúl Huerta
En coordinación con el Cisen, el EMP contaba con información sobre las intenciones de realizar protestas por parte de organizaciones sociales y con días de anticipación buscaban la forma de neutralizarlas.
Si en determinado momento observaban que no había condiciones para garantizar la seguridad del presidente, el EMP desautorizaba la gira y ésta se suspendía. O bien, de última hora se modificaba la ruta y/o la agenda del primer mandatario.
Desde la etapa de transición, López Obrador anunció que desaparecería al EMP supuestamente para ahorrar recursos. Fue una decisión demagógica y absurda, pues los elementos que integraban este órgano pertenecen a la Sedena y aún conservan sus plazas, por lo que no hubo tal ahorro.
López Obrador dijo que lo cuidaría “el pueblo” y luego habilitó una Ayudantía que, aunque está asesorada por personal de la Sedena, es incapaz de prever eventos como el bloqueo de la CNTE que le impidió ingresar a la Séptima Región Militar en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Cuidar la integridad física del presidente es un asunto de seguridad nacional. Por eso existía ese eficiente cuerpo del EMP. López Obrador no le entendió así al inicio de su gobierno. ¿Lo entenderá ahora, después de que por un bloqueo no pudo llegar a su mañanera?
