El pasado 10 de agosto de este año, el Gobierno de México anunció que llegó a un acuerdo para la adquisición de la marca Mexicana de Aviación por un valor de 815 millones de pesos, que será repartido entre 7 mil 407 trabajadores y trabajadoras de la aerolínea.
Con ello, se dio un paso más para conformar la aerolínea del Estado, que será dirigida por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
De acuerdo con las autoridades, se estima que esta nueva aerolínea podrá transportar hasta 180 pasajeros y que los precios de los boletos de esta aerolínea serán 20 por ciento más bajos que los ofertados por las aerolíneas privadas.
Sin embargo, especialistas criticaron que esta nueva aerolínea comercial del Ejército al advertir que puede representar una carga fiscal para México.
Además, ven riesgo de competencia desleal, opacidad y malgasto y se provocará un caos en la industria aeronáutica.
Dudan que nueva aerolínea del Estado despegue en diciembre
Los expertos coinciden en que esta nueva aerolínea no esté operando el 1 de diciembre de este año, como lo ha asegurado el secretario de Turismo, Miguel Torruco, debido a varios obstáculos.
El primero, señalan, porque no se ha terminado el trámite de la compra de Mexicana de Aviación; segundo, porque no tiene manual de aviación; en tercer lugar, carece todavía de pilotos; y en cuarto lugar, no dispone aún destinos definidos para los aviones que dice que va a operar.
Asimismo, indican que tampoco cuenta con el certificado AOC necesario para volar.
Añadieron que el pago a los ex trabajadores de Mexicana de Aviación será bastante meticuloso. El pago del Gobierno Federal se hará por medio de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en CDMX y juntas especiales en otros estados.
Opacidad y competencia desleal
Especialistas coinciden que la llegada de la Aerolínea del Estado Mexicano no se traduciría en beneficios para la competencia económica del sector aéreo, sino todo lo contrario porque podría operar con subsidios del gobierno federal, una ayuda ausente para las demás líneas comerciales.
“La desventaja, otra desventaja es que pudiera generar suelo disparejo para las demás aerolíneas. En el sector no ha habido apoyos a las demás a las aerolíneas y si se dieran un subsidio por varios años a esta aerolínea, pues seguramente habrá quizás inconformidades precisamente en aras de que paradójicamente no habría condiciones sanas de competencia”, dijo Fernando Gómez Suárez, especialista independiente del sector aéreo.
Explicó que, en capacidad operativa, la aerolínea estatal quedaría por detrás de las comerciales que poseen flotillas de más de 70 aeronaves.
Por ello, no se vislumbraría el inicio de operaciones en función de la falta de presupuesto para la compra de aviones.
“Suponiendo que iniciara con 10 aeronaves, habría que esperar todavía cuándo se los van a surtir porque los fabricantes normalmente no los tienen ahí en stock. Se mandan a fabricar y tardan como dos años en suministrártelos previo pago y obviamente lo que quería el gobierno actual era iniciar en diciembre de este año y cosa que yo lo veo muy difícil porque precisamente no hay capital”, resaltó.
Por su parte, Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico-Aeronáuticas (INIJA),dijo que la nueva aerolínea podría tener un trato preferencial, principalmente, en el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA). Esto, al pertenecer a la Sedena.
“Es una aerolínea que va a entrar con subsidios con presupuesto del erario y que, en vez de generar una leal competencia y sana competencia, pues va a generar una competencia desleal con tácticas monopólicas”, apuntó.
Y añadió: “Además de los subsidios, como va a volar en el AIFA, porque aquí está programada en el Estado de México. Eso va a tener mejores oportunidades, mejores ofertas y mejores posibilidades en cuanto a costos operativos que también le va a generar prácticamente competencia desleal”.
Precisó que la caída en los precios de los boletos de avión se puede lograr sin aerolínea del Estado porque todas las tarifas nacionales e internacionales son previamente autorizadas por el gobierno.
Por su parte, Juan Carlos Machorro, experto en derecho aeronáutico y aeroportuario de Santamarina y Steta, explica que el Ejército cuenta con un régimen de contratación de bienes y servicios diferente al de otras dependencias, pues, por la naturaleza de sus funciones, puede reservar información de sus gastos por cuestiones de seguridad nacional.
No obstante, pese a que la operación de una aerolínea y un aeropuerto civil, está alejada de esos supuestos de reserva de información, el Ejército puede argumentar seguridad nacional para no transparentar los servicios y las compras realizadas, entre otras transacciones.
Incluso, esto tiene un precedente, pues la construcción del AIFA fue reservada por un lustro debido a su carácter de seguridad nacional, pues el Ejército argumentó que las instalaciones eran parte de una base aérea militar para no dar informes.
“Cuando alejas a las Fuerzas Armadas y las pones a operar aeropuertos y aerolíneas comerciales, hay que mencionar que ya no se justifican esos temas, de régimen, es otra incongruencia, alguien deberá atenderlo. Si ya están en el terreno comercial, hay que preguntarse qué va a pasar con el régimen que les aplica en términos de contratación pública”, dijo Machorro.
Además está la inversión que el erario tendrá que cargar para conformar la línea aérea. Por ahora, solo para adquirir los derechos de la marca Mexicana y una serie de inmuebles, el gobierno desembolsará alrededor de 817 millones de pesos.
Temen que represente una carga fiscal para México
En otro tema, coincidieron en que la nueva aerolínea comercial del Ejército tendrá el principal reto de no convertirse en una carga fiscal para México, mientras reaviva el temor de la intervención de las Fuerzas Armadas en mercados civiles.
Fernando Gómez, analista económico especialista en el sector aéreo, dijo que el mayor desafío será alcanzar la viabilidad de la compañía estatal y no tener que vivir del presupuesto público.
En este punto coincidió Carlos Torres, también especialista del ramo, quien señaló que significará una presión adicional a las finanzas públicas en momentos en los que las inyecciones de capital podrían tener más impacto en rubros como salud o educación.
Gómez consideró que, si bien López Obrador sostuvo que no busca el fin lucrativo, será necesario un modelo de negocios con alta visión de rentabilidad.
De acuerdo con Fernando Gómez, la nueva aerolínea estatal tendrá que sumar otra cantidad igual en los próximos dos años para capital de trabajo, nóminas, mantenimientos, gastos operativos, servicios e infraestructura, entre otros.
Torres dudó que el Ejército opere los aviones en diciembre próximo, como anticipó López Obrador, y que alcance a ser completamente rentable para 2025.
“No creo que ningún negocio, incluso de otro giro, pueda tener una rentabilidad tan rápida”, dijo.
Señaló que las aeronaves deberán someterse a revisiones y certificaciones que podrían obstaculizar la meta.
¿Competencia desleal?
Torres advirtió de un posible conflicto de competencias, ya que recientemente se asignó la operación de ciertos aeropuertos a las Fuerzas Armadas, lo que podría suponer ventajas desleales contra las aerolíneas privadas del país: Aeroméxico, Volaris y VivaAerobus.
Aún así, mencionó que la incursión de un nuevo jugador siempre beneficia la competencia y disipó que el Estado pudiera generar un desequilibrio en el mercado, aún con los descuentos anunciados.
Por otro lado, consideró que se abriría más mercado si México recupera la Categoría 1 en seguridad aérea que Estados Unidos degradó en 2021, ya que las aerolíneas privadas podrían concentrar sus esfuerzos en vuelos hacia destinos internacionales, principalmente Norteamérica.
Transparencia necesaria
Aparte, Roberto Durán, especialista del Tecnológico de Monterrey, consideró necesario un manejo transparente de los recursos.
“No sé si es el mejor de los recursos públicos, dadas las necesidades que tenemos, pero me gustaría no preocuparme de tener un hoyo negro fiscal”, comentó.
Enfatizó que todas las decisiones deben justificarse porque es “una empresa pública, con recursos públicos”.
“Lo que tenemos que esperar es que todo eso sea público porque todos nosotros (los mexicanos) somos accionistas”, señaló.
También señaló que el debate reactiva la discusión sobre el creciente involucramiento de las Fuerzas Armadas en sectores públicos y comerciales, como en administración de aeropuertos, aduanas y construcción de obras como el Tren Maya.
Generará más caos en la industria aeronáutica
Por último, alertaron que la creación de esta nueva aerolínea lejos de ayudar a reducir los precios de los boletos de avión, generará más caos en la industria aeronáutica de México que sufre de una concentración en la Ciudad de México y urge de un reordenamiento.
Fernando Gómez Suárez, especialista en aeropuertos y profesor invitado de la maestría de la Universidad Panamericana, afirmó que existe una mala comunicación en el país en el transporte aéreo.
“Todo está concentrado en la Ciudad de México, hay riesgos de colisión por esta saturación, hay cobros excesivos o precios para las aerolíneas y por ende para los pasajeros, en algunas rutas, hay destinos que no están cubiertos o de poca afluencia, tienes 24 o 22 aeropuertos deficitarios, entre ellos el AIFA”, detalló.
En cuanto a una nueva aerolínea, dijo que se está generando esta idea desde el gobierno, porque no va ser del gobierno, de crear una aerolínea con los derechos de marca de Mexicana de Aviación y dos activos, que son oficinas y un taller de adiestramiento.
“Con eso no tienes la oportunidad de crear una aerolínea en el momento oportuno, porque no tienes ni flota, ni tienes las rutas que vas a cubrir, ni el capital suficiente para operar como nueva aerolínea. La nueva aerolínea como se llame, porque no se ha definido ni cómo se va a llamar, a lo mejor se llama Mexicana porque ya adquirió los derechos, pero eso no quiere decir que sea la antigua Mexicana de Aviación”, comentó.
Y añadió: “De esta aerolínea lo único que se sabe es que la va administrar una empresa privada administradora de aeropuertos y servicios ferroviarios Tolteca-Maya-Mexica, que está conformada por mandos directivos de personal militar retirado. Mucho se dice que es del gobierno, que es de Sedena, son generales retirados, van administrar el AIFA y otros cinco aeropuertos, y la nueva aerolínea, para darle utilidad al TP-01”, agregó.
Con información de Reportur, El Financiero, y Aristegui Noticias
MSA
