Bajo la administración de Javier Duarte en Veracruz, los ex agentes conocidos como “los Fieles de la Fuerza Civil”, no sólo torturaban y violaban a los “sospechosos” que detenían y desaparecían. Además, contactaban a sus familiares para atacarlos sexualmente.
Lo anterior se refleja en el caso de José Ulises Martínez Fernández, policía desaparecido el 30 de abril de 2013, cuyo bebé de 10 meses fue torturado con toques eléctricos y su esposa violada.
Asimismo, un ex policía declaró –en calidad de testigo protegido– sobre el caso de Héctor Campos Cervantes y Cecilia de la Cruz Luján, de 16 y 17 años respectivamente, quienes fueron interceptados en junio de 2013 frente a la gasolinera de Jilotepec.
Cruz Luján llevaba droga en su mochila, y mientras eran trasladados a la unidad habitacional “casas Homex”, uno de los cuatro puntos donde interrogaban y abusaban de las víctimas, el excomandante Trujillo Rivera “interrogó a los dos y dijeron ser de Los Zetas”.
A la mujer “la metieron a la patrulla, misma a la que le pusieron impermeable encima e iban ingresando de uno en uno varios de mis compañeros para abusar sexualmente de ella como hacían con algunas de las mujeres detenidas, y Trujillo con algunos hombres, como travestis de Lázaro Cárdenas, a quienes los interrogaba y violaba. Después los entregaron a Los Fieles”, reveló el testigo.
La Fiscalía General del Estado de Veracruz señaló que los delitos de ex agentes de la Secretaría de Seguridad Pública se realizaron bajo total impunidad y con aprobación de autoridades de alto rango de la administración de Duarte de Ochoa.
