A finales del mes de diciembre, en Sudáfrica expertos hallaron una nueva variante del virus SARS-CoV-2, misma que llamaron 501.YV2 y ha generado mayor preocupación “porque es más contagiosa y parece haber mutado más que la nueva variante que fue identificada en Reino Unido”, dijo Matt Hancock, ministro de Salud europeo.
Ante esta situación, Tulio Olvera, bioinformático de la Universidad de KwaZulu-Natal en Durban, detalló que la 501.YV2 se originó en la provincia de Cabo Oriental y se desarrolló de manera independiente a la confirmada en Europa.
Dada la facilidad con la que el virus muta ha traído como consecuencia, según los expertos, que se retrase varios meses “el fin de la etapa crítica de la pandemia”.
En ese sentido, Wendey Barclay, viróloga del Imperial College de Londres, advirtió que es importante conocer la biología subyacente del virus, que al parecer se mantiene oculta. “Comprender qué propiedades del virus lo hacen más transmisible nos permite estar más informados sobre las decisiones políticas”.
Otro punto a destacar del linaje de ambas variantes, es que comparten la proteína pico conocida como “N501Y”, la cual modificó la punta del SARS-CoV-2 que tiene como función principal fijarse en las células humanas, dando paso a la infección.
“La mutación 501Y, al menos, no afectó drásticamente la actividad de los anticuerpos neutralizantes en el suero convaleciente, la porción de sangre que contiene anticuerpos extraída de personas que se han recuperado de la infección por Covid-19”, Vineet Menachery, virólogo de la Universidad de Texas (UTMB) en Galveston, quien también consideró que era “poco probable” que dicha mutación altere la inmunidad.
Sin embargo, a pesar de estos cambios en el virus tanto en la variante sudafricana como británica, los expertos no creen que las vacunas pierdan su eficacia, porque una vez suministradas producen enormes niveles de de anticuerpos neutralizantes, en consecuencia una “pequeña caída en su potencia no sería de importancia”.
Con información de El Universal
JZ
