!Esta silla no es mía! Los presidenciables y el conflicto con la CNTE

Muchas producciones Hollywoodenses han presentado historias de ficción en las que dos personas intercambian vidas o roles. Por ejemplo, en !Este cuerpo no es mío!, el personaje de Rob Schneider se despierta en el cuerpo de una chica popular y tiene que vivir –unos días– como si fuera ella. Por eso preguntamos, ¿qué pasaría si una mañana los presidenciables se despertaran y tuvieran el cargo y las responsabilidades de Enrique Peña Nieto?

La de Peña Nieto es la silla más codiciada de México. Tanto así que algunos de los políticos más ilustres del país ya se preparan para incursionar en el escenario electoral de 2018. Sin embargo, no todo es color de rosa al ocupar el poder. También hay que enfrentar crisis y coyunturas conflictivas. Por eso, en La Otra Opinión nos preguntamos ¿cómo lidiarían los presidenciables con el problema de la CNTE y la Reforma Educativa?

Uno de los aspirantes a ocupar la silla presidencial es el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Su experiencia como conductor de la política interior del país lo coloca en una situación privilegiada para ser el candidato tricolor en 2018. Pero si el titular de Segob se despertara mañana en la silla presidencial, tendría que mejorar su memoria y tener la mano más firme. Cabe recordar que en la reunión del lunes, al titular de la Segob se le olvidó tocar el tema de las movilizaciones, plantones y bloqueos que mantiene la CNTE en todo el país.

Otro de los funcionarios que el tricolor podría elegir para la candidatura presidencial es Eruviel Ávila. El gobernador del Estado de México –como muchos– ha utilizado su cargo como plataforma para 2018. Por eso, si Ávila se despertara en la silla presidencial, no podría utilizar la misma estrategia que empleó en el caso del Hell and Heaven Corona Metal Fest en 2014. La CNTE no aceptaría la cancelación anticipada de sus marchas como lo hicieron los empresarios con su evento. En el caso hipotètico de que Ávila llegarse a Los Pinos, su mano derecha podría ser Laura Bozzo, a quien el priìsta proporcionó helicópteros de la entidad para la grabación de un programa televisivo en 2014. Bozzo podría resolver el conflicto organizando mesas de negociación en un formato más ameno, como el de su programa televisivo.

Por otra parte, del lado derecho de la oposición, Ricardo Anaya ha aprovechado su posición como presidente del PAN para fortalecer su imagen y aparecer todos los spots del partido que salen al aire. Su juventud ha generado tanto elogios como dudas respecto a su capacidad como político. Al panista le quedan dos años para mostrar que es un líder hecho y derecho, y que si tiene que enfrentar a la CNTE, sabrá evitar que los maestros le avienten el borrador, le den reglazos o le jalen las patillas.

Desde finales del sexenio de Felipe Calderón, Margarita Zavala amenazó con buscar la presidencia. Si Zavala quiere convertirse en la primera presidenta de México, deberá luchar contra los estereotipos de género y mostrar que tiene carácter y mano firme. No obstante, tampoco puede caer en excesos y hacer una “guerra contra la CNTE”.  Deberá evitar víctimas colaterales, cosa que no pudo hacer su esposo con su “ofensiva contra el narcotráfico.

Del lado de la izquierdo de la oposición están Miguel Ángel Mancera y Marcelo Ebrard. Si alguno de ellos despertara en la silla del presidente, su estrategia para desmovilizar a la CNTE no sería ni la negociación ni por la de la represión. Tratarían de impedir las manifestaciones de la CNTE generando problemas de movilidad en todo el país. Cabe recordar los problemas que generó a la Ciudad de México el caso de la línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo. La obra se construyó en el mandato de Ebrard como Jefe de Gobierno. Como sucesor, Mancera tomó la impopular decisión de aumentar el precio de los boletos del metro. Y para colmo, la nueva línea tuvo que ser cerrada cerca de dos años por problemas de mantenimiento.

Al que “se le cuecen las habas” por ocupar la silla presidencial es a Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño está en campaña desde 2006, y se ha aliado con la CNTE para desestabilizar al gobierno. Sin embargo, es poco probable que si López Obrador estuviera en los zapatos de Peña su relación con la CNTE se mantuviera como hoy. Para no ser ingrato, tendría que darle “hueso” a los líderes del magisterio y colocarlos en puestos de gobierno. Y ni así sería probable que el conflicto llegase a su fin, pues la CNTE ha demostrado que cada vez que tiene alguna inconformidad, recurre al chantaje y al despliegue de su fuerza de movilización para ejercer presión.

En otro escenario probable, el presidente de Morena podría darle la espalda a sus hasta ahora aliados de la CNTE. Una de las primeras acciones de López Obrador al asumir la jefatura de gobierno fue reformar el artículo 362 del Código Penal del Distrito Federal para encarcelar a manifestantes violentos. Posteriormente, en 2014 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) afín al tabasqueño volvió a reformar el artículo. No sería de extrañar que López Obrador volviera a cambiar las leyes a su conveniencia si llegara a Los Pinos.

Éste es un ejercicio crítico e imaginario. Pero los antecedentes de los políticos presidenciables están sobre la mesa. ¿Usted a quién le daría el voto de confianza para ocupar la silla presidencial?