El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) informó este sábado que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no realizó la evaluación del impacto ambiental para construir el tramo 5 del Tren Maya, por lo que no solicitó ni obtuvo la autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para llevar a cabo dichas obras.
Gustavo Alanis, director de esta organización, destacó que con ello esta megaconstrucción violó la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y derechos humanos fundamentales; además de que no tomó en cuenta planes de desarrollo urbano.
“Estamos ante una situación donde se menosprecia no solo la legislación ambiental, el marco jurídico, la legalidad y el estado de derecho, sino también a la naturaleza misma. El tema ambiental no es una prioridad para el gobierno federal, lo hacen a un lado y con una serie de argucias jurídicas tratan de dejar los instrumentos de política ambiental atrás y que ellos puedan ir adelante; lo que está en juego es la legalidad, el estado de derecho ambiental”, sostuvo
Explicó que la Evaluación de Impacto Ambiental es un instrumento de la política ambiental que está diseñado para prevenir, mitigar y restaurar los daños al ambiente, así como regular obras o actividades para evitar o reducir sus efectos negativos en el ambiente y en la salud humana.
En ese sentido, dijo que, por ley, el promovente debe presentar dicha evaluación plasmada en un documento: la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), ante la Semarnat, para que evalúe y resuelva si se puede o no autorizar la obra.
La MIA se presenta antes del inicio de la obra, no durante, ni después, su realización puede tomar al menos cuatro meses y su análisis de dos a cuatro meses mes.
Por ello, alertó que el tramo 5, que corre de Cancún a Tulum, no tiene autorización en materia de impacto ambiental, ni autorización de cambio de uso de suelo en terrenos forestales.
Por último, indicó que el artículo 30 de la LGEEPA, establece que la totalidad de la obra se debe someter al procedimiento de impacto ambiental, “no partes de la obra, no trazos, no segmentos”; y en el caso del Tren Maya, dijo que “hay autorizaciones para los primeros tramos y no para los posteriores”.
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Tren Maya no es compatible para la Península de Yucatán
Por otro lado, especialistas de la UNAM y del Cemda señalaron que esta megaobra no es compatible con el desarrollo socioeconómico de la Península de Yucatán y no es sustentable desde el punto de vista de la biodiversidad.
En ese sentido, mencionaron que el proyecto carece de la MIA, lo que impide revisar las medidas de mitigación que pudieran resolver las preocupaciones que hay en torno a la ejecución del tramo 5, que pasará por la selva.
Además, señalan que no hubo consulta previa a las comunidades indígenas que cohabitan en los territorios por donde pasará el Tren Maya, sin embargo, no hay consentimiento informado.
“Cuando se anunció el proyecto del Tren Maya, pensábamos que iba a ser posible participar en el proceso, mejorar sus condiciones. Pero se han cerrado. No cuenta con un proyecto ejecutivo. Avanza con tropiezos, parches y cambios”, apuntó Rodrigo Medellin, del Instituto de Ecología de la UNAM.
Con información de Milenio y Expansión Política
MSA
