Cómo hemos visto en sus cuatro años de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha dedicado a buscar a alguien para echarle la culpa por sus errores y fracasos.
Ha responsabilizado a los gobiernos del pasado, al neoliberalismo, a los conservadores, a los medios de comunicación y periodistas por lo mal que ha manejado al país.
En ese sentido, le ha reclamado a los Estados Unidos que esté financiando a ONG’s que exhiben su corrupción.
Ha utilizado un discurso nacionalista con el cual asegura que nuestro país no es colonia de nadie y con el que le exige a la Unión Americana que respete nuestra soberanía.
Asimismo, advirtió que si algún gobierno extranjero quería intervenir en México, no sólo los marinos y soldados defenderían el territorio, sino todos los mexicanos.
Esto en referencia a que congresistas republicanos buscan que el Ejército norteamericano ingrese en México para enfrentar a los cárteles de droga.
En pocas palabras, AMLO se confronta con EE.UU., el principal socio comercial de México, para que nadie hable de su gobierno fallido.
Este tema lo aborda Enrique Campos Suárez en su columna “Confrontar a EU como control de daños”, en donde expone cómo López Obrador está angustiado por cómo ha bajado su nivel de popularidad de cara a la elección presidencial de 2024 y que por ello sigue a pie lo que dicta la propaganda goebbeliana para desviar la atención de los pésimos resultados que ha dado su gobierno, así como sis corruptelas e irregularidades.
“Con el manual de propaganda bajo el brazo y con la selección de candidatos presidenciales ya tan cerca, parece que empezó el momento de echar el resto con miras a no arriesgar los resultados electorales del 2024”, escribió.
Por último, alertó que la paciencia de las autoridades norteamericanas ha llegado al límite y que no le convendría a México que AMLO siga escalando su conflicto con la Unión Americana.
A continuación puede consultar el texto completo.
Con información de El Economista
MSA
