Aunque no lo quieran poner así, es un agandalle que la 4T se quede con las cuentas bancarias inactivas a través de una reforma que aprobaron en la Cámara de Diputados el pasado miércoles.
¿Cómo se dice cuando el gobierno les arrebata un bien a los ciudadanos? Aquí y en China eso se llama expropiación. Y eso es justo lo que va a pasar con el agandalle de la autollamada “Cuarta Transformación” para apropiarse de las cuentas bancarias inactivas.
En San Lázaro han querido maquillar la expropiación presentándola como una manera de generar recursos para la seguridad pública, pues supuestamente con ese dinero se subsanará el presupuesto para policías municipales, estatales y la Guardia Nacional.
La realidad, sin embargo, es que de acuerdo con diversos expertos se trata de algo peor que una expropiación, pues en ésta al menos hay una indemnización. Pero aquí, literalmente, el gobierno está tomando un dinero que sabe que no es suyo y que no le corresponde.
De acuerdo con cálculos independientes, la suma de dinero de la que busca apoderarse el gobierno es de unos 21 mil millones de pesos. Ante esto, la pregunta obvia es: y cuando se acaben ese dinero, ¿después qué van a expropiar?
Muy serio lo que ocurrió en la Cámara de Diputados esta semana y prácticamente pasó desapercibido, pero ha sido un agandalle que la 4T se quede con las cuentas bancarias inactivas.
Con información de Reforma
JZ
