EPN: aceptación de un “dedazo” equivocado

A menos de 100 días de dejar el cargo, el presidente Enrique Peña Nieto, reconoció cuáles fueron los errores que deja su gobierno. Entre ellos, admitió que la estrategia de postular a José Antonio Meade como candidato presidencial “no funcionó”.

“Es parte de la democracia. Toda democracia genera una competencia entre fuerzas políticas. La elección viene a reafirmarnos lo robusta que es nuestra democracia. Pero no olvidemos que no hay ni victorias para siempre ni derrotas para siempre”, señaló.

Con estas declaraciones, Peña Nieto ha intentado evadir que las consecuencias de esa decisión recaen sobre sus hombros, pero quién colocó a José Antonio Meade como candidato presidencial fue él.

Desde mucho antes de que se dieran a conocer las intenciones de Meade de contender a la presidencia, EPN ya dejaba entrever quién sería el que llevaría la bandera del PRI, pues de cara a la elección de 2018 –en agosto de 2017–, el tricolor modificó sus estatutos para poder postular a la presidencia a alguien que no fuera militante del partido, como en el caso de Meade.

Y para noviembre de 2017, Peña aseguró en reunión con periodistas: “nuestras reglas (las del PRI) han sido criticadas, denostadas, pero esa es nuestra liturgia, que no debe ser ajustada a como se haga en otros países.”

Esa liturgia a la que se refería el presidente no era más que el anuncio de que la decisión sobre quién era el destinado para sucederlo se realizarían vía “dedazo”.

En diversas ocasiones llegó a trascender una frase que Peña Nieto pronunciaba frente a un público selecto como empresarios, políticos y líderes de diversos ámbitos, y que decía más o menos así:

“Quizá algunos de ustedes coincidan con quienes hablan de mis defectos (…) Que si he cometido errores o no he leído suficientes libros (…) Pero les aseguró que sí hay algo que sí sé hacer bien, es ganar elecciones.”

Pero ya con un pie fuera del gobierno, Enrique Peña Nieto, admite sus culpas, asegurando que lo que quería el PRI era buscar un candidato distinto al priismo puro, pues estaban conscientes del desgaste del ejercicio de gobierno. Pero por desgracia para él y su partido, eso no funcionó.