Epidemia de independientes

Dicen los estudiosos que los partidos políticos dejaron de ser una opción competitiva. Dicen los enterados que la clase política se encuentra desvirtuada. Y dicen los que saben que frente al desencanto y el declive que rodea a la clase gobernante, los candidatos independientes podrían jugar un papel decisivo en los procesos electorales de éste y los próximos años.

Acaso por eso –según el periódico Excélsior–, para la elección del cinco de junio –donde se disputarán más de mil cargos de elección popular–, se registraron 543 aspirantes a candidatos independiente.

Y en este momento, en los 12 estados que ya cerraron el registro de independientes –todavía falta que concluya Quintana Roo–, se han aprobado 391 registros.

Los estados con más candidatos registrados son Veracruz, con 94; Tamaulipas con 66 y Oaxaca con 65.

Destaca, además, el caso de Puebla. En ese estado se votará solamente por el gobernador –que estará en el cargo un año y ocho meses–, y para ese cargo se registraron siete independientes.

A la vista de todos, la epidemia de independientes crece como espuma. Sin embargo, también ante la mirada del país entero, algunos independientes –como el gobernador de Nuevo León–, han demostrado ser igual o peores que los políticos con partido.

¿Será que esta oleada de nuevos independientes sabrán estar a la altura de las circunstancias? ¿o será, más bien, que estos independientes –como algunos de los que ya ocupan cargos en el servicio público–, demostrarán que son más de lo mismo?