En política no hay ingenuos: la campaña de Xóchitl Gálvez

José Alberto Márquez Salazar

Alberto Márquez Salazar

La ingenuidad en política (o supuesta ingenuidad) puede quebrar el espíritu de los electores que decidieron por una o un candidato rumbo a la presidencia de la República. Así está sucediendo con la campaña del ex Frente Amplio por México (hoy Fuerza y Corazón por México) y su pre candidata, Xóchitl Gálvez.

Esta semana, las declaraciones del presidente del Comité Ejecutivo del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, evidenciando los acuerdos previos a la elección del gobierno estado de Coahuila, pusieron en entredicho las intenciones de ese instituto político y de la propia campaña de la alianza o coalición Fuerza y Corazón por México.

Sí, en la puerta de enfrente, las declaraciones de la ex titular de la Agencia Mexicana de Noticias (Notimex), San Juana Martínez, exhiben la intervención de las instituciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a favor de la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional.

Los dos son actos que demeritan el ejercicio público y la política, pero hay una diferencia: mientras lo de San Juana Martínez es un dicho que quizá no se pueda comprobar, lo de Marko Cortés es una evidencia dicha por el mismo actor político responsable de formalizar alianzas y apoyar a Xóchitl Gálvez a la presidencia de la República; uno es un dicho, lo otro es un hecho.

¿Desconocía Xóchitl Gálvez los acuerdos que las cúpulas de los partidos políticos hacen previo a las elecciones? ¿Cree que varios de sus voceros, militantes o “activistas”, que están en la campaña, lo hacen solamente por la democracia y para derribar a la malvada Cuarta Transformación?

Sobre las declaraciones de Marko Cortés, en entrevista con Joaquín López Dóriga, la virtual candidata del Fuerza y Corazón por México, Gálvez, afirmó: “Es inaceptable el contenido de ese convenio. Desde el punto de vista ético, para mí, jamás aceptaría una cosa que contenga lo que ahí se dice” (11/01/24).

Además, Gálvez recordó que ella fue impulsada por la firma de un millón de ciudadanas y ciudadanos. Lo cual querría decir que los partidos políticos no tuvieron participación. ¿Olvida que fue Alejandro Moreno Cárdenas, líder del Revolucionario Institucional (PRI) el que interrumpió la elección y le levantó la mano?

Desde que Gálvez se apuntó como candidata a organizar el Frente Amplio por México la mayoría de sus simpatizantes afirmó que los partidos políticos eran un lastre para ella. Luego del asunto de Coahuila esos simpatizantes enfatizan que la virtual candidata es “ciudadana”.

En la legislación mexicana solamente los partidos políticos y los candidatos independientes pueden aspirar a un cargo de elección popular. Lo más seguro es que Xóchitl Gálvez aparecerá en la boleta que tengamos el próximo 2 de junio, pero lo hará con las siglas de un partido político, no hay de otra.

¿Cuál es la ruta que seguirá Gálvez ante el desprestigio que tienen los partidos políticos que la van a impulsar? ¿Seguirá haciendo giras con Marko Cortés?

Sí, dicen sus simpatizantes: la Fuerza Rosa, la sociedad civil, las y los ciudadanos van a apoyarla. De eso no hay duda. Pero esa es una visión sumamente ingenua.

De acuerdo con la legislación sobre partidos políticos y sistema electoral, son éstos quienes reciben el financiamiento para actividades ordinarias y para los procesos electorales. Se supone, son los especialistas en capacitar y movilizar a la maquinaria electoral a favor de sus candidatos.

En estos últimos tres meses, los simpatizantes de Xóchitl Gálvez han realizado movilizaciones para la difusión de la imagen de la candidata. Tuve la oportunidad de ir a ver dos en una de las principales avenidas de la Ciudad de México: no había más de 15 personas en dos puntos estratégicos. Su esfuerzo, el de ellas y ellos, debe reconocerse y darles los méritos, pero ¿dónde estaban los miles de personas que en las redes sociales juran apoyarla? Esas redes, me refiero a las reales, a las físicas, están abandonadas y desligadas de los partidos políticos, porque a éstos no les conviene

Le preguntaría al equipo estratégico de Xóchitl Gálvez ¿quién tiene mano para nombrar a los representantes de casilla para el día de la elección? ¿Serán los partidos políticos tan generosos para cubrir a totalidad las casillas de la elección presidencial o solamente las que les asegura ganar sus posiciones?

¿Cuánta participación tiene Gálvez para decidir candidaturas rumbo a la elección del 2024? ¿Cómo gobernará sin bases legislativas y de gobierno si no tiene espacios para su grupo?

¿Serán generosos los partidos políticos, PAN y el PRI, para destinar gran parte de sus recursos para la campaña de Xóchitl Gálvez?

Estamos a cinco meses de que las y los mexicanos decidamos quién gobernará al país en los próximos seis años y de quienes nos representará en congresos y Alcaldías (más de 20 mil cargos de elección popular). De Xóchitl Gálvez depende una parte del futuro de las y los ciudadanos descontentos con los actuales gobiernos del Movimiento de Regeneración Nacional.

Xóchitl Gálvez puede afirmar que desconocía los acuerdos cupulares de los partidos políticos, que son inaceptables y que a ella la impulsan las y los ciudadanos; lo que no puede seguir ocurriendo es que su supuesto “desconocimiento” de la política la lleve a descarrilar el espíritu de miles de personas que la impulsaron para representarlos.

La candidata de Fuerza y Corazón por México debe de saber que los partidos políticos están en su juego, buscando sus espacios al margen de los resultados de ella y que debe tener una estrategia para salvar la situación. Sí, quizá Gálvez pueda convocar afinidades y simpatizantes que se traduzcan en votos, pero sin el control y apoyo de aquellos, todo es una visión inocente que se puede quedar en buenas intenciones.