El panorama luce desalentador, pues en cuatro meses el COVID-19 ha cobrado más vidas que la violencia.
Con base en datos de la Secretaría de Salud (Ssa) hasta el corte del 3 de junio se suman 11 mil 729 decesos por coronavirus, cifra mayor que las 11 mil 535 muertes violentas que se contabilizaron de enero a abril, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
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Una situación como ésta no tiene precedentes, ya que en poco más de tres meses la nueva cepa rebasó los fallecimientos provocados por la inseguridad en el país, mismos que se encaminan a romper un nuevo récord, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
Estos datos en cualquier otro lugar del mundo serían de escándalo e indignación generalizada, pero en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no importan los muertos, ya sean por la pandemia o la violencia, pues ni siquiera existe una estrategia clara para combatir ambos frentes.
Con información de El Universal