De acuerdo con una investigación de EMEEQUIS, la población de Durango consume agua contaminada, pues contiene altos niveles de flúor y arsénico. Pese a lo alarmante de la situación, ni las autoridades federales o estatales hacen algo por revertir el daño.
Los altos niveles de arsénico y flúor en el agua de Durango pueden provocar cáncer en la población. De acuerdo a los datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 100% del agua producida para el sector público urbano en Durango rebasa el límite permitido de concentración de flúor, mientras que las concentraciones de arsénico rebasan el límite en un 28.48%.
“A partir del año 2024, el 100% del agua producida en la Ciudad de Durango también rebasará el LP de concentración de arsénico. La problemática identificada en la Ciudad de Durango se puede establecer como la población de la Ciudad de Durango no tiene acceso a fuentes de agua con calidad apta para uso y consumo humano”, admite la Conagua.
De acuerdo a la Organización Mundial de Salud (OMS), el alto consumo de arsénico provoca alteraciones cardíacas, vasculares y neurológicas, repercusiones en el aparato respiratorio y lesiones hepáticas, renales e hiperqueratosis cutánea, la cual puede detonar en neoplasias o cáncer.
Por otro lado, el alto consumo de flúor afecta la formación de dientes, además de que produce cambios visibles en su estética, mismo caso en la afectación ósea. Aunque la problemática sea grave ni la Comisión Nacional o la Estatal hacen algo por la situación, pese a que todas las fuentes de consumo están contaminadas.
Ambas comisiones se excusan en la falta de fuentes alternas sostenibles, pues aseguran que si no extraen agua de las fuentes actuales, la población de Durango se quedará sin acceso al agua hasta que se apruebe el proyecto de la “Construcción de la Planta Potabilizadora Durango y obras complementarias para abastecimiento de agua a la Ciudad de Durango, Durango”.
