El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, informó el cese al fuego en la ciudad de Alepo, a dos días de la “pausa humanitaria” anunciada para este jueves 20 que tendrá una duración de ocho horas.
Durante este periodo se tiene el objetivo de auxiliar a los civiles, evacuar a los heridos y enfermos, y permitir la retirada a los combatientes rebeldes de la zona.
De acuerdo con Shoigú, los ataques fueron suspendidos para asegurar los seis corredores previstos para la evacuación.
Al respecto, las Naciones Unidas se han pronunciado en favor de esta pausa de guerra y aunque consideran que éste no es el tiempo suficiente para auxiliar a todos los heridos, cualquier pausa en los hospitales auxiliará a quienes viven en el caos y los bombardeos.
Si bien la determinación de los rusos beneficiará a un gran número de afectados, la resolución llega demasiado tarde, en parte porque nadie han hecho el esfuerzo para resolver un conflicto que ha cobrado la vida de miles de personas y que ha llevado a la marginación y la pobreza extrema a otro tanto.
A cinco años del conflicto, el número de muertos se aproxima a los 470 mil, mientras que la cifra el de heridos se calcula en 154 mil 600, de los cuales cerca del 40 por ciento son mujeres y niños.
Luego de conocer los números rojos y a pesar de la decisión del gobierno ruso y los demás acuerdos internacionales, vale la pena preguntar ¿todavía hay alguien a quién salvar en Alepo? Lamentablemente sí.
