Los comentarios del pasado ya le están cobrando la factura al virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador, uno de ellos, a raíz de las irregularidades presentadas por la creación de su fideicomiso “Por los demás”, con el cual podría haber financiado la campaña electoral de 2018.
Y es que ya se le olvidó, o mejor dicho, le conviene olvidar, es que en la elección de 2012, –en la que fue derrotado por el entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto– AMLO aseguró que tenía pruebas que en la campaña de EPN se usó dinero de procedencia ilícita y pidió la anulación de la elección.
“Tenemos pruebas: EPN utilizó dinero de procedencia ilícita”, escribió el político tabasqueño en su cuenta de Twitter, y agregó que “ninguna argucia legal podrá impedir que se invalide la elección presidencial”.
Tenemos pruebas: EPN utilizó dinero de procedencia ilícita. Ninguna argucia legal podrá impedir que se invalide la elección presidencial
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) July 26, 2012
Incluso, en una conferencia de prensa realizada el 26 de junio de 2012, López Obrador, refirió que ese mismo día entregaría las pruebas sobre sus acusaciones en contra del priista y adelantó su postura frente a la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), respecto a la calificación de la elección.
“No habrá argucia legal que justifique la validez de la elección presidencial, es muy evidente que se utilizó dinero a raudales para comprar votos, que se violó la Constitución y no pasamos a otra etapa porque esto no ha terminado aún”, detallaba.
Pero ahora que el INE confirmó que el partido de Morena usó dinero ilícito en su fideicomiso, parece que AMLO se lo comen sus propias palabras.
“Descubrimos modus operandi muy raro, en unas horas llegaban grupos de personas a bancos y se formaban una y otra vez haciendo ingresos de 50 mil pesos, hasta llegar a sumas millonarias”, aseguró el consejero electoral del INE, Ciro Murayama.
Sin embargo, hasta el momento el INE no ha podido demostrar que el dinero del fideicomiso habría sido empleado en alguna campaña o fines partidistas, pero de ser así, ni siquiera se podría anular la elección presidencial.
¿Por qué?
Primero, INE establece en su artículo 41 de la Constitución, que una de las principales causas por la que se puede anular una elección, es el rebase de los topes de campaña establecidos, por lo que la multa impuesta por el organismo electoral iría al tope de los gastos de campaña de AMLO.
Segundo, Otro de los causales de nulidades, es el uso de dinero ilícito en la campaña o de recursos públicos con fines electorales. Esto en caso de comprobarse que el patrocinio de algún candidato proviene de la delincuencia, el crimen organizado, o de partidas que provengan del presupuesto de alguna dependencia.
Pero todo lo anterior tendría validez si la diferencia de sufragios obtenidos entre el primero y el segundo lugar de los candidatos fuera menor al 5 por ciento, pero AMLO logró ganar la elección con el 53 por ciento de los sufragios, 20 puntos arriba de su contrincante en el segundo lugar, Ricardo Anaya.
Además como bien mencionamos, si bien el INE comprobó irregularidades en el financiamiento de su fideicomiso, no ha logrado probar que el dinero fue utilizado en campaña.
