EL SINDROME DE LA MADRE WENDY. MADRES SOBREPROTECTORAS

Por las mañanas lo despierto, aunque él se pueda despertar por sí solo, la comida siempre se la tengo lista, conozco muy bien lo que le gusta y lo que no le gusta. Estoy al pendiente de lo que necesita, muchas veces adelantándome a sus deseos. Sufro mucho con sus tropiezos y sus desilusiones por lo que trato de facilitarle la vida.

En el cuento infantil, Peter Pan representa al niño que no quiere crecer, que se niega a madurar y que nunca quiere hacer frente a sus responsabilidades. Por su parte, Wendy es la persona que vela por él, le protege y hace todo lo posible porque no le ocurra nada.

Se denomina el síndrome de la madre Wendy a aquella madre que al igual que en el cuento, es sobreprotectora, que está siempre atendiendo a su hijo, olvidando, incluso, sus propias necesidades, su vida queda volcada en el hijo.

Son madres controladoras que no le asigna ninguna tarea a los hijos (tender la cama, poner la mesa, etcétera), intentan evitarles las frustraciones, eliminando obstáculos de su camino. Son madres  que se sacrifican por sus hijos.

Pero, ¿a qué se debe que algunas mujeres se conviertan en madres Wendy olvidándose de los demás aspectos de su vida?, ¿cuál es la función de una madre suficientemente buena?

Cuando la mujer decide tener un hijo se enfrenta a la gran tarea de cimentar de manera armoniosa la unidad que formará con su hijo durante el embarazo —-en donde los dos son uno mismo—; para después del nacimiento poder disolver esta unidad y convertirse en dos personas separadas y distintas.

Después del nacimiento, la madre mantendrá un relación fusionada ahora entre dos cuerpos y una mente construida en dualidad; la mente de la madre y la mente en formación del hijo.

Sin embargo, para un adecuado desarrollo emocional del menor, esta relación fusionada cuerpo a cuerpo, será necesario disolverla. Es entonces que el padre entra en acción para apoyar y favorecer la separación progresiva entre madre e hijo.

La madre debe tener la fortaleza psíquica para poder fusionarse con su bebé para después separarse del niño que construirá su propia subjetividad.

Para algunas mujeres está separación se vuelve conflictiva por diferentes motivos entre los que se pueden nombrar: el miedo a la separación, el que la mujer no haya desarrollado su propia independencia y necesite de cuidar a alguien, el que no exista una pareja, el miedo de que el  hijo se olvide de ella.

Las mujeres que desarrollan el síndrome de la madre Wendy difícilmente controlan su propio rumbo en la vida, por lo que se enfocan en tratar de controlar la vida de otras personas siendo los hijos las personas más susceptibles de quedar atrapados en el control de esta madre.

Por su parte, una madre lo suficientemente buena es aquella que puede sostener al bebé (holding), con tranquilidad, sin miedo a dejarlo caer, adecuando la presión de sus brazos a las necesidades de su bebé, lo mece con suavidad, le susurra o le habla cálidamente, etcétera, transmitiéndole seguridad y una buena base para la salud mental. El sostenimiento facilita la integración psíquica del menor.

Una madre lo suficientemente buena enseña al niño a caminar y le permite alejarse para que vaya desarrollando su propia seguridad, le enseña a relacionarse con el mundo externo, a reconocer y respetar sus propios deseos.

La madre Wendy formará hijos que a su vez desarrollen el síndrome de Peter Pan, y sea niños que el crecer les genere miedo e inseguridad y busquen permanecer todo el tiempo al lado de la madre sin poder realizar su propia vida.

Por su parte, la madre lo suficientemente buena formará hijos seguros que construyan su propia subjetividad e independencia emocional, son mujeres que tienen la capacidad de ser madres con la sensibilidad y a la vez la fortaleza para asumir que las madres están ahí para ser abandonadas.