El salario mínimo en Venezuela solo alcanza para un kilo de arroz; se dispara la hiperinflación

La flexibilización de la cuarentena que ordenó Maduro por las fiestas navideñas no ha generado un aumento significativo del consumo

Especial

Comprar alimentos en Venezuela en medio de una economía hiperinflacionaria es un reto diario para la población que padece el constante aumento de precios. En el décimo mes del 2020 se necesitaron más de 30 dólares para adquirir la canasta básica, mientras que un venezolano que cobra salario mínimo solo ganó 0,80 dólares, según el reciente informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).

El informe arrojó que el costo de esta canasta se ubicó en 15.683.450,22 de bolívares, aumentando un 43,5% en comparación a la de septiembre. Para reunir esa cantidad un ciudadano debió ganar al menos 39,20 salarios mínimos mensuales -1,30 diarios- o más de 522.000 bolívares al día, mientras que el salario de octubre fue de 400 mil bolívares.

De la lista de 15 productos el más costoso es el kilo de bistec por $3,57, seguido del kilo de queso blanco duro por $3,47; el medio kilo de café molido costó $3,39; el litro de aceite vegetal $2,10; el kilo de pollo $2,08 y el kilo de caraotas negras $2,07.

Entre los productos más económicos figura el kilo de sardinas a 0,61 centavos de dólar; el kilo de azúcar a $0,83; el kilo de cebollas a $0,94; el kilo de arroz a $1 y el kilo de harina de maíz a $1,02. Es decir, los 0,80 dólares mensuales de salario mínimo solo alcanzan para comprar un kilo de sardinas.

La canasta básica familiar sólo contiene el 15% de los productos de la canasta alimentaria familiar, cuyo valor en octubre fue de 283,62 dólares o 141.808.837,30 de bolívares y para comprarla se requirió ganar más de 350 salarios mínimos.

Después de algunos meses de aparente desaceleración del alza de precios por la reducción del consumo, durante el confinamiento decretado por la pandemia de coronavirus, la inflación vuelve a tomar fuerza por la presión del gasto para el pago de bonificaciones especiales que el Gobierno de Nicolás Maduro suele ingresar a finales de año y de la campaña electoral para las cuestionadas elecciones parlamentarias de este domingo, en las que el chavismo se dispone a recuperar el control de la Asamblea Nacional. El indicador volvió a desbocarse en noviembre.

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“El Gobierno se quedó sin ingresos, porque la industria petrolera está destruida, porque no está recaudando impuestos y no tiene acceso a los mercados internacionales. Cualquier iniciativa que tenga, tendrá que financiarla con dinero del Banco Central de Venezuela. No tiene fuentes legítimas de financiamiento y lo que le queda es emitir esa cantidad de dinero”, explica el economista Omar Zambrano, del think tank Anova.

Ese rebote del alza de los precios se siente en la calle, donde la flexibilización de la cuarentena que ordenó Maduro por las fiestas navideñas no ha generado un aumento significativo del consumo. 

Con información de El País

SG