La nueva ocurrencia del productor Epigmenio Ibarra, secundada por la dirigencia de Morena, de crear un “Tribunal del Pueblo” para juzgar a políticos por acciones del pasado, no es más que un refrito, pues mecanismos similares ya han sido creados en años anteriores con una nula eficacia.
La propuesta de uno de los principales apologistas de Andrés Manuel López Obrador surgió como respuesta al fracaso de la consulta popular del pasado domingo, cuando el 93 por ciento del electorado le dio la espalda a ese ejercicio absurdo.
Pero lo que Epigmenio Ibarra no sabía era que en México ya hubo un Tribunal Permanente de los Pueblos-capítulo México, creado a convocatoria del obispo contestatario Saúl Vera y otros activistas, el cual estuvo en operación del 2011 al 2014.
En este tribunal, imitación de un modelo italiano, se celebraron diez audiencias temáticas, precedidas por 40 preaudiencias y se presentaron 526 casos de abusos de autoridad y actos de represión supuestamente cometidos por diversas autoridades federales y estatales.
Pero al final este Tribunal del Pueblo no fue imparcial, pues solo le dio entrada a denuncias presentadas contra gobiernos emanados del PRI y del PAN, sin tomar en cuenta que ya para el 2011 había varios gobiernos estatales encabezados por el PRD, entre ellos el del Distrito Federal.
Al final, este tribunal cumplió una función meramente testimonial y de catarsis para las posibles víctimas, pues sus conclusiones no tuvieron impacto mediático ni fueron vinculatorias para las autoridades de procuración e impartición de justicia.
Por otra parte, la idea de crear una “Comisión de la Verdad”, planteada por el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, días antes de la fracasada consulta, tampoco es algo nuevo, pues las ha habido antes, incluso con respaldo institucional.
En 1997, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, fue creada una Comisión de la Verdad para tratar de esclarecer todo lo relacionado con el movimiento estudiantil de 1968 y en especial la matanza del 2 de octubre de ese año.
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Previamente, en 1993, un grupo de intelectuales, entre quienes se encontraba la escritora obradorista Elena Poniatowska, crearon su propia Comisión de la Verdad sobre el mismo caso del 68.
Pero la “verdad” que encontraron ambas comisiones a la mera hora no les gustó a sus promotores. De entrada, solo pudieron documentar la muerte de 43 personas durante el movimiento del 68, lo que terminó con el mito de que “cientos de personas” fueron masacradas el 2 de octubre en Tlatelolco.
Vicente Fox, el primer presidente de la alternancia, fue más allá de las comisiones de la verdad y creó una fiscalía especializada para la investigación de posibles delitos. No requirió, por cierto, de hacer una consulta para ordenar esa investigación.
La fiscalía, en la que participaron como coadyuvantes varios ex guerrilleros y ex líderes del 68, tuvo nulos resultados. El ex presidente Luis Echeverría fue sometido a proceso penal por el delito de genocidio pero de manera tan torpe, que terminó absuelto.
Así que ni el Tribunal del Pueblo que quiere Epigmenio Ibarra ni la Comisión de la Verdad que quiere Mario Delgado son algo nuevo. Ambos necesitan un poco más de imaginación para seguir tratando de agradar al Supremo de Palacio Nacional.
OFF THE RECORD
**NO ES FALSO PERO SE EXAGERA”
Con muchísima pena y nada de gloria, el desempeño de la Zarina de la Verdad de la “Cuarta Transformación”, Ana Elizabeth García Vilchis.
Durante su show de ayer, García Vilchis criticó una nota del diario Reforma sobre el incremento de tarifas en la CFE al decir que “no es falso pero exagera”.
Sin palabras.
**EL GOBIERNO DEL “NO HAY”
El de López Obrador es el gobierno del “No hay”. No hay medicinas, no hay vacunas, no hay gas, no hay seguridad, no hay empleo, no hay seriedad.
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