EL PROBLEMA SE LLAMA ANDRÉS MANUEL

El problema no es Morena, que solo es un vehículo de acceso al poder; tampoco es esa payasada que llaman “Cuarta Transformación”, que solo está en la imaginación de sus apologistas; el principal problema que enfrenta México en estos momentos se llama Andrés Manuel López Obrador.

La personalidad del presidente de la República va más allá de lo que es su partido y su gobierno. Es su perfil autoritario y mesiánico, combinado con sus fobias y su megalomanía, lo que tiene el país en vilo.

Esto lo dejó claro el ex consejero del INE, Mauricio Merino, cuando dijo el pasado jueves: “me refiero a él, con todo respeto a su investidura, no a su gobierno, no a su partido, porque no creo en las generalizaciones que ha venido impulsando el poder… la campaña de desprestigio (contra el CIDE) la sostiene personal e individualmente Andrés Manuel López Obrador”.

OTRA VEZ, EL PATIO TRASERO DE EU

Morena ni es un partido ni es un movimiento; es solo un taxi al que se han subido políticos de todos colores y trayectorias, no siempre limpias, para acceder a algún cargo de elección popular.

A ese taxi se han subido lo mismo personas respetables, como la senadora Ifigenia Martínez, que líderes sindicales charros, como Napoleón Gómez Urrutia, o personajes de extrema derecha, como el ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino.

Morena no tiene ni principios ideológicos claros ni vida institucional. Las candidaturas a cargos de elección popular se entregan no a los aspirantes más honestos ni a los más capaces, sino a los que aportan más recursos económicos. O de plano, a los favoritos del máximo líder político.

El conductor del taxi pintado de Morena es un personaje de pensamiento conservador que presume ser de izquierda aunque en su gobierno no exista una agenda ni progresista ni incluyente.

SÁNCHEZ CORDERO, CONTRA LA PARED

Es un redentor, un predicador, un encantador de serpientes que con su discurso populista y demagogo tiene fascinados a sus miles de fanáticos pero que también ha cautivado a algunos intelectuales y a personalidades de la oposición.

Es un aspirante a dictador que hace todo lo posible por ejercer un poder omnipotente, aunque eso lo lleve a torpedear constantemente al Poder Judicial, a los organismos autónomos del Estado y a las organizaciones de la sociedad civil.

Si, el problema de México se llama Andrés Manuel López Obrador. Aunque estrictamente, tenemos otro problema: no hay una oposición política como la que necesita el país para hacerle frente al primer problema.

OFF THE RECORD

**OSCURIDAD EN LÍNEA 12

Lo advertimos desde el principio: nadie pisaría la cárcel por la tragedia de la Línea 12 del Metro del pasado 3 de mayo, que terminó con la vida de 26 personas.

Habrá “acuerdos reparatorios” para que los deudos de las víctimas reciban dinero a cambio de no ejercer acción penal en contra de los responsables.

Y una de las principales responsables desde el punto de vista político ya está en campaña por la Presidencia.

**RACISMO DE MORENA

Diputadas de Morena pidieron a la Compañía Nacional de Teatro que para su próxima temporada contraten un mayor número de actores y actrices de piel morena.

¿No habrá alguien que les diga a estas legisladoras que eso es racismo?

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