De acuerdo con un documento que publicó Excélsior, el priismo asegura que sus derrotas en la surnas se debieron al siguiente decálogo de pretextos:
- Posibles traiciones.
- El desempeño y la fama pública de los gobernadores.
- El perfil y proceso de elección de los candidatos.
- Las líneas de campaña.
- El efecto de la guerra sucia.
- El impacto de propuestas como la legalización de los matrimonios igualitarios y el aumento en los gramos de consumo de mariguana.
- El acercamiento del partido con los electores.
- Los efectos de las reformas estructurales.
- La inseguridad.
- Los efectos de la inestabilidad financiera.
Sin embargo, para el Doctor Gustavo López Montiel, analista político, las razones del declive tricolor son otras.
En entrevista para La Otra Opinión, López Montiel señaló que cada entidad debe analizarse por separado y que los resultados electorales se deben al escenario político, económico y social de cada estado.
Sin embargo, el Doctor encontró tres denominadores comunes en los tropiezos del PRI:
Uno. El mal desempeño de los gobernadores salientes.
Dos. Los conflictos al interior del PRI, donde no todas las estructuras cerraron filas alrededor de sus candidatos.
Y tres. La falta de popularidad del presidente Enrique Peña, cuyos escándalos en materia de corrupción, impactaron de forma negativa a los abanderados del PRI. Acaso por eso, concluyó Montiel, más de un candidato intentó deslindarse del poder presidencial.
Sobre las versiones de que iniciativas como el matrimonio igualitario habrían afectado el desempeño electoral del PRI, Gustavo López Montiel aseveró que el tema no es lo suficientemente sólido para articular una posición política en su contra. Si bien existieron reacciones negativas desde agrupaciones religiosas, lo cierto es que el tema –de alcance y carácter nacional–, difícilmente impactó en la esfera local.
Finalmente, a propósito de quienes dicen que la inseguridad “votó” contra el PRI, López Montiel insistió en que las reacciones a estos fenómenos son distintas en cada estado. De modo que, mientras en algunos estados –como Tamaulipas o Veracruz–, sirvieron para avivar los reclamos contra el PRI, en otros como Chihuahua y Sinaloa pasaron casi desapercibidos.
