Durante el último año y medio la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República ha dejado claroscuros que incluso han molestado a miembros de su propio partido.
Tal es el caso de la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, quien no está de acuerdo en que el propio mandatario tenga el control total de los recursos que conforman el presupuesto de la nación, incluso pidiendo “permiso” como lo destacó en una de sus conferencias matutinas.
Y es que, para la diputada no se pueden cambiar las facultades del parlamento –legisladores- que han operado durante decenas de años, para centralizar la repartición del dinero público en una sola persona, cual dictadura.
Sobre todo porque representan la pluralidad de las diferentes corrientes políticas y es el poder que termina representando a la gran mayoría de mexicanos y no sólo a los representantes de un solo partido o coalición.
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Asimismo, resulta vergonzoso utilizar la crisis sanitaria que ha traído la pandemia de COVID-19 para hacerse, casi por debajo de la mesa, del poder absoluto de las riquezas del país, pues habrá que recordar que AMLO se justificó con la enfermedad para que los diputados le dieran el sí a su propuesta, misma que de ser aprobada quedará para posteridad y podrá ser utilizada a placer de la 4T.
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