El presente año, lleva tan solo tres meses y durante estos días, los acontecimientos han sido diversos, pero de un profundo significado de lo que puede deparar en los siguientes meses; pero también, en los años venideros, lo cuál pone en el análisis geopolítico, que tipo de desarrollo habrá de enfrentar la sociedad global, considerando en ello, la manera en cómo se han efectuando cambios sustanciales en el escenario internacional.
Si bien, una buena parte de los movimientos en el tablero mundial, se ubican en dos escenarios como son Ucrania y el Mar de China, es de considerar, cuáles son los efectos colaterales que estos tienen para la definición del orden global.
En ese sentido, es de importancia recuperar esta conceptualización, muy propia para los estudios de la Geopolítica y las Relaciones Internacionales. A lo largo de la historia de la humanidad, se han efectuado una diversidad de ciclos, en los cuáles se definieron, culturas, religiones, idiomas, costumbres y naciones.
Tras la caída de la Unión Soviética, se considero que el Fin de la Historia (Francis Fukuyama), era el triunfo inobjetable de una larga lucha por otorgarle a la sociedad global, un estándar idóneo por el que pudiera potencializar todas las capacidades.
Parecía que la democracia, los valores de equidad, libertad y justicia eran inherentes a cada pueblo, cada nación, cada Estado, proponiéndose un Nuevo Orden Global, cuyos efectos aún son desconocidos, en la confrontación occidente-oriente.
Los valores democráticos, aquellos que se consolidaron en la Atenas Clásica de la mano de marinos y mercaderes que surcaban las aguas del Mar Egeo y que tras sus largas jornadas de pesca y de defensa de la integridad de la Ciudad-Estado, se reunían en la Ekklesia, que se instituyó por Solón (638 AC – 558 AC, poeta, político reformista y estadista ateniense, fue considerado uno de los 7 sabios de la Grecia Antigua), cuya condición era la discusión de la vida publica del Estado, teniendo como requisito para su asistencia, que los varones hubieran tenido 2 años de servicio militar y que sus padres fueran nacidos en Atenas; permitieron establecer un modo de vida que poco a poco fue mejorando sus propias condiciones y reglas para hacerlas lo mas justas, equitativas en tiempo-espacio, para aquellas sociedades que las fueron adoptando.
En ese sentido, el nuevo orden global comenzó con la instauración de la democracia y con cada uno de sus valores, estos pasaron a la Roma clásica en su periodo republicano, para perderse por generaciones cuando esta potencia del Mar Mediterráneo adoptó la estructura imperial como modo de la ejecución de su Poder Nacional.
La Edad Media y el Renacimiento reubicaron el pensamiento filosófico y político en el debate entre lo teológico y la razón de Estado, así cómo en retomar la conquista del espacio marítimo allende de las costas europeas en busca de alcanzar las costas asiáticas, en beneficio de acceder a nuevas rutas comerciales, hasta que el Nuevo Orden Global, dio un nuevo giro a favor de recuperar de nueva cuenta los principios democráticos con una nueva perspectiva de igualdad, equidad y justicia, a partir de la Revolución de Independencia de los EE.UU. y la Revolución Francesa.
A partir de esos eventos fundamentales para la propia construcción del Estado nacional, se han ido gestando momentos históricos determinantes para entender la realidad que afrontamos, como son las dos guerra mundiales, los conflictos de Corea, Vietnam, Afganistán, Irak, como las difíciles condiciones de convivencia en Medio Oriente. Cada uno de estos eventos, como los efectos colaterales en Europa del Este tras el colapso de la Unión Soviética, son piezas fundamentales en la transición del Nuevo orden Global.
Ahora bien, esta reconfiguración del Statu Quo, es un proceso natural que deben de asumir todas las naciones y cuyos efectos son simbólicos, hasta el colapso de naciones y Estados, por no estar debidamente preparados para enfrentar las condiciones que se imponen a causa del enfrentamiento de las potencias hegemónicas.
Es precisamente, qué en el marco de estos cambios, se han presentado ajustes en el sistema internacional, cuyos efectos se han demostrado en las condiciones que llevaron a la inestabilidad del sistema bancario occidental como ha sucedido con el Silicon Valley Bank (se estima que tenia como activos 209,000 millones de dólares y en depósitos aproximadamente 175,400 millones de dólares), posteriormente fue el Credit Suisse, cuyas acciones cayeron a mínimos nunca vistos en sus más de 100 años y al finalizar la semana el turno fue para el DeutscheBank.
En cada uno de los diversos casos, las autoridades Estatales respaldaron a sus propios sistemas financieros e incluso, al cierre del viernes el presidente Joseph Biden realizó un exhorto para dar certidumbre al sistema financiero global, de mantener la calma en favor de seguir alentando los procesos económicos mundial, alentando el desarrollo de la globalización y que está, favorezca la recuperación económica, duramente golpeada por la pandemia y por las acciones de la Federación Rusa sobre Ucrania.
Y al mismo tiempo, en este proceso de establecer un Nuevo Orden Global, se llevaron a cabo dos reuniones fundamentales para la seguridad internacional. Por una lado, en Moscú, en donde se reunieron Vladimir Putin y Xi Jinping para refrendar la propuesta realizada a finales del mes de febrero pasado, denominada de los 12 puntos. (1.- Respeto a la soberanía de todos los países y a su integridad territorial. 2.-Abandonar la mentalidad de guerra fría. 3.- Alto el fuego. Un cese al fuego de ambas partes. 4.- Reanudación de las conversaciones de paz. 5.- Resolución de la crisis humanitaria. 6.- Civiles y prisioneros de guerra: cumplir estrictamente el derecho internacional humanitario. 7.- Mantener seguras las centrales nucleares. 8.- Reducción de los riesgos estratégicos y evitar el uso de armas nucleares. 9.- Facilitar las exportaciones de cereales. 10.- El cese de las sanciones unilaterales. 11.- Proteger la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro; y 12.- Apoyo a la reconstrucción de Ucrania tras la guerra).
Y por otro lado, a finales de la presente semana, en un delicado balance de encuentros bilaterales de alto nivel, el Presidente Joseph Biden en si primera visita oficial a Ottawa, de poco más de 27 horas, se hicieron importantes anuncios para darle estabilidad a la región de América del Norte, pero también, fundamentales para la seguridad internacional.
Se concretó un acuerdo para devolver a inmigrantes que lo hagan por cruces irregulares, a lo que el gobierno de Canadá se comprometió a acoger cada año a unos 15, 000 migrantes en condición de motivos humanitarios. De igual manera, se estableció un paquete de ayuda adicional para Haití para el fortalecimiento de las fuerzas policiacas de esta nación por 72 millones de dólares.
Asimismo, se concretó la puesta en marcha de un corredor transfronterizo para la fabrica de semiconductores, para dejar atrás la dependencia que se tiene con las industrias chinas y así, desarrollar tecnología propia que les de certidumbre en ese sentido y apoyar en el mismo sentido, la lucha contra el cambio climático.
Pero los anuncios más destacados fueron en palabras de Biden: Canadá siempre podrá contar con el apoyo de Estados Unidos, fortalecer las responsabilidades como miembros de la OTAN a través de la modernización del Comando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD) y para América del Norte, las acciones de la República Popular de China (RPCh) tanto en el Mar de China como su activa participación en la transferencia de armas a Rusia, son un serio desafío a largo plazo para el orden mundial.
El Nuevo Orden Global se mueve como el fino engranaje de un reloj suizo, delicadamente cada mecanismo interactúa con el otro para qué, cuidadosamente, su tic tac, nos vaya anunciando la hora en la que el segundero nos indique el cambio tan esperado, que permita que en el tablero mundial, la siguiente jugada continúe a favor del contendiente que haya tenido la capacidad de colocar las piezas en sincronía para controlar por el momento a su adversario.
Mientras tanto en Palacio Nacional, el Nuevo Orden Global, no interesan, lo importante es el Mundial de Beisbol, la competencia entre las corcholatas, por salir premiada una u otra, lo importante es arroparse en la camisola de beisbol tricolor, para denostar a las instituciones estadounidense en un afán patriotero que complica la delicada relación bilateral, hoy más que necesaria a causa de los vaivenes financieros, las implicaciones de la guerra en Ucrania y de una RPCh, que desea el trofeo de la liga del Nuevo Orden Global.
