EL NARCISISMO Y LA ARROGANCIA, COMBINACIÓN LETAL EN LA PERSONALIDAD DEL PRESIDENTE

Las personas con rasgos de carácter narcisistas centran su atención y energía en ellos mismos, no tienen más objeto de deseo que ellos mismos por lo que buscan ser admirados por las personas que los rodean.

Los rasgos de personalidad narcisista se asemejan a la vida anímica de los pueblos primitivos y de los niños: sobrestimación del poder de sus deseos —-lo que deseo se cumple—-, la omnipotencia de los pensamientos, una fe en la virtud de cautivar mediante las palabras —lo que digo es ley —, y la transmisión de la creencia de ser poseedor de una fuerza mágica para resolver conflictos (Freud 1914).

Desarrollan un tipo de omnipotencia en donde están convencidos de que no necesitan a nadie más y que solos se bastan a sí mismos. Así como tampoco se reconocen las virtudes de los otros por lo que los que no piensan como ellos están mal. 

En el narcisismo positivo, la persona utiliza su omnipotencia para plantearse y alcanzar sus proyectos y metas.

En el narcisismo patológico —-caracteropatia narcicista—-, el sujeto suele hacer alarde de su omnipotencia y poderío ejerciendo su fuerza sobre algunos para obtener el asombro de otros, utilizando así al otro —-ser humano u objeto material—-, en su propio beneficio.

Por otra parte, diferentes especialistas consideran a la arrogancia como un grave defecto de la personalidad, el sujeto se muestra altanero, jactancioso, prepotente y engreído.

Otra característica de la arrogancia es que quien la padece no reconoce errores aun siendo muy evidentes. El arrogante no es incapaz de decirle a otro, “sí me equivoqué”. Como consecuencia de esto el error no será nunca de él sino de los demás.

La pregunta es: ¿cuál  de estos rasgos de personalidad saltan a la vista en el Presidente Andrés Manuel Lopez Obrador?

Tal ves todas. La omnipotencia de su pensamiento se deja ver en los diferentes momentos en que da a entender que México esta muy bien y sus habitantes felices, mostrándose incapaz de hacer contacto con la realidad.

Igualmente cuando en sus conferencias lo han cuestionado sobre los problemas que aquejan al país —-la economía, la seguridad, la salud—-, su respuesta preferida es culpar a otros, “los conservadores” ya que su narcisismo y su arrogancia no le permiten aceptar su responsabilidad.

Sin embargo, la realidad lo ha alcanzado y está a punto de atropellarlo al descalificar el paro de mujeres convocado para el próximo 9 de marzo y cuyo objetivo es  hacer visible y palpable el papel que juega la mujer en el mundo laboral y en nuestra sociedad.

Para López Obrador, el movimiento de mujeres está siendo organizado por la derecha, por “los conservadores”, mostrándose indiferente y arrogante ante las necesidades de las mujeres y los feminicidios.

El narcisismo y la arrogancia de Andres Manuel Lopez Obrador tampoco le permiten darse cuenta que la población de mujeres en México es mayor que la población masculina y que eso se traduce en una mayor población agraviada y desilusionada de él.

La combinación letal del narcisismo y la arrogancia será la que lo puede llevar a su propia derrota, pero esos mismos rasgos de personalidad no le permiten darse cuenta de esa realidad.