Como si se tratara de la Santa Inquisición, el INE sanciona y amonesta a los spots que no han circulado en medios. Y es que, dicen, les parecen ofensivos.
Con voto dividido, la Comisión de Quejas y Denuncias del INE decidió bajar el spot titulado “Yunes abuso”.
En el promocional del candidato del PRI –Héctor Yunes–; los tricolores retomaron las acusaciones en contra del candidato de la alianza opositora, Miguel Ángel Yunes.
Es decir, que echaron mano de los señalamientos de pederastia, desvío de recursos y opacidad que pesan sobre el panista Yunes.
Sin embargo, a juicio de dos consejeras electorales –Adriana Favela y Beatriz Galindo–, el panista Yunes no ha sido procesado por alguno de estos delitos.
En consecuencia, determinaron que el spot del PRI –que todavía no ha circulado en medios– incurría en calumnias y difamación por lo que decidieron no pautarlo.
A la vista de todos, la censura del INE se encuentra muy cerca de los manotazos autoritarios de la Comisión Electoral de los tiempos en que Manuel Bartlett decidía quién pasaba y quién no.
En los hechos –al sancionar una falta que no ha ocurrido–, el INE comete la falta de una autoridad que sancionaría a un individuo por pensar. Pues, en realidad, los spots no han circulado y no existe una irregularidad que castigar.
Por eso preguntamos, ¿será que el INE ciudadano –y todopoderoso– ya se convirtió en el árbitro despótico que dejó de existir hace décadas?
