EL EXCESO O LA FALTA. LOS TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN DERIVADOS DE LA PANDEMIA

Dra. María Elena

En marzo del 2020, hace exactamente dos años, en que los mexicanos empezamos a padecer la invasión de un virus que en ese momento poco se sabía de su comportamiento, y lo único que se tenía claro era que resultaba muy contagioso y que producía una enfermedad que en un porcentaje elevado, estaba provocando la muerte.

La pandemia nos obligó a permanecer en casa para evitar un contagio pero el confinamiento vino a afectar diferentes áreas de la vida, tales como: la dinámica de trabajo, la vida social, la dinámica familiar, la libertad individual, la forma de divertirse, los momentos de ocio, etc.

Todos estos cambios generaron diferentes alteraciones emociones como la presencia de ansiedad, depresión, algunas fobias y un largo etc.

Una alteración que se ha hecho común y que ha tomado una marcada presencia son los trastornos de alimentación. 

La anorexia nerviosa es un trastorno que es considerado como de ausencia y deficiencia ya que los principales síntomas están en relación con la alteración en la percepción de la imagen corporal acompañada de un miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso.

Percepción que lleva al sujeto a limitar de manera extrema la ingesta de alimento hasta estar en un 85% por debajo del peso normal.

Otro trastorno alimentario es, la bulimia, que se considera como el trastorno alimentario del exceso cuyo síntoma principal son los atracones con la sensación de no poder detenerse, para acto seguido provocar el vomito además de recurrir al uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas; así como el ayuno y el ejercicio excesivo.

La anorexia y la bulimia son trastornos alimentarios severos que requieren de una atención multidisciplinario, con la intervención del médico internista que pueda atender los daños orgánicos. La intervención de la nutrióloga que brinde orientación sobre una adecuada forma de alimentarse, además de vigilar que el peso corporal se encuentre dentro de los estándares permitidos.También es importante la asistencia de una psicoterapia con la finalidad que el sujeto comprenda el papel que en cada caso juega la enfermedad.

Los trastornos de la conducta alimentaria se relacionan con la presencia de ansiedad debida predominantemente  por cambios en las etapas del desarrollo como de la infancia a la adolescencia  en donde hay cambios corporales y por la dificultad para poder procesar los conflictos emocionales.

Durante la pandemia, la ansiedad se hizo presente ante los cambios, los duelos y la incertidumbre de lo que iba a pasar y en qué momento la pandemia se iba a terminar. La comida es un recurso que genera placer y frente a la ansiedad y el encierro, la comida es un medio para lograr el placer.

Igualmente ante la incertidumbre, el control sobre la ingesta de comida es en donde se podía tener el control de lo que no se podía controlar como la sensación de total impotencia frente al virus en un inicio de la pandemia.

Las alteraciones en la conducta alimentaria, durante el confinamiento pudo contribuir a potenciar el desarrollo de los trastornos de alimentación. Es relevante poder identificar la relación que a partir de la pandemia se ha establecido con la comida para buscar la disyuntiva que permita establecer una relación sana con la comida y poder mitigar la ansiedad y si fuera necesario, buscar la ayuda de los especialistas.

Por: Psic. Ma Elena Salazar P.