Ayer leía una interesante discusión en X (Twitter) sobre la apariencia de Jodie Foster en la serie True Detective. El critico de cine español Carlos Boyero comentó:
“Mira que quiero yo a Jodie Foster y aquí no me gusta ni verla ni oírla. Está como avejentada… Es que ya es muy mayor, pero digamos que hay gente que envejece de una forma y otra de otra. Y a mí, aquí, yo creo que hay planos que la maquillan para que esté más fea”.
Sí, Jodie Foster aparece en la serie con canas y arrugas, lo normal en una mujer de 61 años. A mi me parece que luce muy bien y natural. Es triste que nuestra idea de belleza este limitada a la juventud, que no podamos encontrarla en canas y arrugas.
¿No tiene derecho a envejecer? ¿No envejecemos todos? Cada minuto en que estamos vivos, envejecemos. Es un proceso natural. Si bien tenemos la responsabilidad de cuidarnos para estar saludables, también lo es que no podemos hacer nada para detener ese proceso y hay que aceptarlo y entenderlo.
Boyero, que como crítico debería hablar de su actuación en la serie, decide no mencionar su trabajo sino centrarse en su apariencia en pantalla. Su comentario, machista y banal, está muy lejos de lo que un buen crítico debería hacer.
Mucho se habla de la apariencia de las mujeres que vemos en el cine o en series. Vemos sus canas y arrugas mientras que ignoramos las de los hombres: ¿Hablamos de la apariencia de Tom Hanks? ¿De las arrugas de Johnny Depp, que tiene la misma edad que Foster? ¿Nos preguntamos como han envejecido? No. Son hombres y tienen derecho a envejecer. Tal parece que las mujeres no tenemos ese derecho.
Jodie Foster no es la única que ha sido criticada por su edad y tristemente, Boyero no es el único limitado. A finales de 2015, Carrie Fisher (QEPD) de entonces 59 años fue el centro de atención en los diarios de todo el mundo y no precisamente por su actuación en Star Wars, el despertar de la fuerza, sino por su apariencia.
La actriz recibió muchos comentarios negativos acerca de cómo se veía, lo que la hizo perder la calma y escribir en su cuenta de Twitter (@carrieffisher):
“Por favor dejen de debatir si he envejecido bien o no. Desafortunadamente, hiere mis sentimientos. Mi cuerpo no ha envejecido tan bien como yo lo he hecho”. (https://twitter.com/
Al igual que ahora, nadie comentó en ese momento nada sobre la apariencia de Mark Hamill y hubo varios comentarios diciendo que Harrison Ford se veía muy bien “en comparación de Fisher”.
Vivimos en una sociedad que alaba a la juventud y que tiene un diferente rasero sobre el concepto de juventud (o envejecimiento) de hombres y mujeres. Bien dicen que: “Los hombres no envejecen, se ponen interesantes, mientras que las mujeres pierden atractivo por minuto”.
Eso no es ninguna novedad, pero habría que cuestionarnos qué entendemos por “envejecer” y cómo hay que hacerlo y por qué nos cuesta tanto trabajo apreciar la belleza en todas las etapas de la vida. Ejemplo claro del doble rasero sobre el concepto de “envejecimiento” es el propio Boyero, quien con 70 años y cubierto de arrugas, critica a Jodie Foster por su apariencia. Absurdo. Me quedo con el post de DoubleJ “Imagina ser Jodie Foster, con 61 años, y que Carlos Boyero, con 70 y esa cara, te critique por algo tan natural como envejecer. Manda cohones…”
Supongo que el concepto de envejecer nos da miedo porque nos acerca a muerte. Las criticas a Jodie Foster o a Carrie Fisher son, quizá, un reflejo de este miedo. En una sociedad que privilegia la juventud y la belleza, el dejar de tenerlas resulta aterrador y el verlo en otros, nos recuerda que nosotros también hemos cambiado y no somos inmortales.
No podemos detener el paso del tiempo, ni escoger nuestros genes; lo que sí está en nuestras manos es trabajar en nosotros mismos para ser personas con las que nos gusta estar, con quienes nos sentimos a gusto, lo que va mucho más allá de la apariencia física.
Gracias por leerme. Buen domingo a todos.
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