EL DEBATE

Fue visto por más de 11 millones de espectadores; con un formato previamente acordado por los representantes de las tres candidaturas

VIZARRETEA-CONSTELACION-POLITICA

El domingo siete de abril pasado, se llevó a cabo el primer debate entre dos candidatas -Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum- y un candidato -Jorge Álvarez Máynez- que aspiran a la presidencia de la República.

Fue visto por más de 11 millones de espectadores; con un formato previamente acordado por los representantes de las tres candidaturas, ante el órgano electoral organizador, el INE, bajo la conducción moderadora de Denise Maerker y Manuel López San Martín, que recibieron las 108 preguntas filtradas por Signa-Lab de las más de 24 mil preguntas realizadas por la ciudadanía. Al final, los moderadores, seleccionarían las 30 preguntas que harían a los aspirantes sobre la idea: la sociedad que queremos, en cuatro tópicos:

A) Educación y salud;
B) Transparencia y combate a la corrupción
C) No discriminación y grupos vulnerables
D) Violencia contra las mujeres.

El intercambio de palabras, gestos, ideas, propuestas, críticas, señalamientos e insultos entre los contendientes estuvo abierto desde el inicio de sus intervenciones.

No hubo siempre respuestas a las preguntas de los moderadores, ni a los señalamientos entre sí. Los tres candidatos siguieron sus estrategias, desarrollándolas en el orden y los tiempos establecidos.

Claudia siguió el modelo de no los veo ni los oigo, para mantener supuesta ventaja. Xóchitl fue con todo, de manera amplia y carente de la contundencia requerida y Jorge buscó deslindarse de ambas, aunque su sonrisa medida no alcanzó para evitar su cercanía con Claudia y golpear a Xóchitl.

Claudia mantuvo la rigidez, desdén y autoritarismo en sus gestos y palabras, al grado tal que fue etiquetada por Xóchitl como fría, insensible y una Dama de hielo. Xóchitl persiguió a Claudia, provocándola en su falta de atención de sus políticas de gobierno ante la población, marcándole limitaciones y falsedades, y mostrando a quienes mantienen corrupción e impunidad en su gobierno, del presidente y sus hijos y algunos colaboradores.

Máynez buscó exhibir a las dos, para destacar una tercera opción, supuestamente nueva, fue significativa la sonrisa forzada. Los tres se prepararon para su actuación. Habrán de corregir sus deficiencias en los próximos dos debates. El formato y la producción mostraron las dificultades organizativas y fallas, que el INE ha aceptado en el cronómetro y manejo de cámaras. Finalmente, los participantes contaban con su habilidad para superar el formato y nos mostraron sus alcances y límites. La oratoria y manejo de sus tiempos y argumentos no fue lo mejor de los contendientes.

Cada uno de ellos llevó sus lastres y posibilidades, Claudia estuvo acartonada, siguiendo el guión previamente establecido, sus respuestas buscaban posicionar a la candidata del prian, como mentirosa, sin mencionarla por su nombre. Xóchitl se refirió directamente a Claudia con su nombre acusándola de tapadera y cómplice de corruptelas. Máynez al referirse a los premios recibidos por Claudia en su gobierno de la Ciudad de México, afirmó que no eran hechos y a Xóchitl le señaló las complicidades con las dirigencias partidarias.

Desde luego que las percepciones de las candidaturas y sus comportamientos en el debate están cargados con las filias y fobias de cada quien, por los candidatos, los partidos y alianzas y, desde luego, por sus afinidades electivas.

Con todo, el debate contribuye para mirar a los candidatos, observar cómo se miran y cómo se cuestionan y responden entre sí.

El que se haya realizado es una muestra del reconocimiento a la autoridad electoral, de valorar su peso en la democracia y de buscar el respaldo de los electores para sus causas.

Los post debates atenderán lo pertinente de cada candidatura, expresarán qué les falta y qué les sobra. El balance final estará en el electorado, consciente de que faltan dos oportunidades más.

Considerando las respuestas de los candidatos a los cuatro tópicos establecidos, así como la información vertida y la actitud para debatir, finalmente, con todas las limitaciones, deficiencias y fallas, del ejercicio y los participantes, en una escala del 1 al 10, percibí una ligera ventaja a favor de Xóchitl (8.5), seguida de Claudia (8) y un Máynez consecuente, (7.5).

Un debate de tres, nos coloca en la ruta de la revalidación de los candidatos, de sus propuestas y de la mejora para el segundo debate, a finales de mes. Las expectativas seguirán siendo altas y los participantes en el próximo debate deberán mejorar en todos sentidos.