Esto debería darle vergüenza a López Obrador, ya que por la violencia, en Colima, se impusieron toque de queda los mismos habitantes.
De acuerdo con Milenio, a las 17:00 horas, las calles principales de la ciudad capital se quedan prácticamente vacías de personas y vehículos, algunos comerciantes bajan sus cortinas; el miedo ganó la batalla.
Mientras esto ocurre, algunos negocios, como pequeños restaurantes o tiendas de ropa, agonizan producto de las bajas ventas.
Cabe señalar que conseguir un restaurante abierto después de las 19:00 horas en Colima resulta complejo, sin pudor, los restauranteros dicen a sus clientes que recortaron sus horarios por temor a la violencia.
“Efectivamente, algunos hechos delictivos al arranque, estamos cumpliendo un mes de esto, si se vio una baja por su propia naturaleza de los colimeses de resguardase en sus casas y por ende se veía poca afluencia, pero como lo podemos observar, la población hace su vida cotidiana y en lo que, si podemos ver, quizás antes veías más actividad más noche, quizás después de las 10:00, pero ahora, a las 9:00 de la noche empieza un poco a tranquilizarse la ciudad”, dijo el secretario general del Ayuntamiento de Colima Francisco Rodríguez.
Todo este terror comenzó el pasado 25 de enero, cuando se desató un motín en el penal estatal. Ese día, dos células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se enfrentaron y dejaron como saldo nueve muertos.
Además, el diario detalló que el hallazgo de cuerpos desmembrados, ejecuciones, balaceras, vehículos y casas quemadas son el pan nuestro de cada día en la entidad.
Apenas el pasado miércoles, cinco personas fueron asesinadas en distintos puntos de la zona conurbada de la capital.
Asimismo, el estado de Colima pasó de tener 31 homicidios en enero ha más de medio centenar en febrero y la cosa pinta para ponerse peor.
Sin embargo, los homicidios no es lo único que amedrenta a la población, ya que se han suscitado por los grupos delictivos contra la gobernadora, Indira Vizcaíno, el fiscal Bryan García y demás funcionarios.
Dado que la situación se ha tornado compleja, arribaron dos mil 369 efectivos militares y de la Guardia Nacional, mismos que se instalaron en cinco puntos de revisión en los ingresos a la capital, pero a pesar de ello la violencia no ha disminuido.
Tras el arribo de efectivos castrenses a Colima, los resultados son los siguientes:
221 personas han sido detenidas, 79 vehículos fueron asegurados por diversas anomalías, se incautaron 26 mil cartuchos, 293 cargadores, 76 armas de fuego, se han realizado siete cateos y se han destruidos más de 12 mil dosis de drogas.
Ni vale la pena hablar de “abrazos, no balazos”, ya que por la violencia en Colima se impusieron toque de queda los mismos habitantes.
Con información de Milenio
JZ
