El periodista y columnista del diario El Universal, Carlos Loret de Mola, dio a conocer este domingo quién es el verdadero propietario de la casa de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual se encuentra en la calle Chihuahua, número 216, en la colonia Roma de la Ciudad de México.
De acuerdo con su reciente columna en The Washington Post, Loret de Mola, reveló que le pertenece a Jesús Hernández Torres, político que ha trabajado codo a codo durante 49 años con Manuel Bartlett Díaz, titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), quien ya desde el año pasado fue investigado e impunemente exonerado en medio de un escándalo por 23 inmuebles no declarados.
No se sabe el por qué se mantuvo en secreto la identidad de la casa porfiriana, sin embargo, con una exhaustiva y meticulosa investigación periodística, se pudo obtener dicha información.
Desde 1997, la propiedad era de la empresa “Top Real Company S.A. de C.V.”, y el socio mayor era ni más ni menos que Hernández Torres, que desde hace casi medio siglo ha ocupado cargos cercanos a Bartlett Díaz, tanto en el gobierno federal como en el del estado de Puebla.
“En 1971, Bartlett fue director general de Gobierno en la Secretaría de Gobernación y Hernández Torres su asesor. En 1981, Bartlett fue secretario general del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Hernández Torres fue primero asesor y después coordinador de Comunicación Social de la campaña presidencial”, detalla Loret.
De 1982 a 1988 Bartlett fue secretario de Gobernación y curiosamente Hernández Torres quedó al frente de la estratégica y poderosa Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía, dependiente de la Secretaría de Gobernación.
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Cabe recordar que León Manuel Bartlett Álvarez, hijo del titular de la CFE, causó polémica luego de que la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revelara que su empresa vendió al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ventiladores a precios superiores del mercado, lo cual el empresario rechazó.
Las falsas esperanzas de López Obrador por querer erradicar la corrupción en México, lo están hundiendo cada vez más.
