El Chapo cambió el ritmo de la elección en Sinaloa

Una vez más, Joaquín Guzmán Loera –mejor conocido como el Chapo Guzmán–, fue capturado en Sinaloa.

En 2014, cuando el narcotraficante cayó por segunda ocasión, fue sorprendido en una casa de seguridad ubicada en Mazatlán, en Sinaloa.

Y ahora –la tercera vez que Joaquín Guzmán está en manos de la autoridad–, el capo estaba en un motel de Los Mochis, en Sinaloa.

Evidentemente, el capo de capos sabe que en aquella entidad cuenta con el respaldo social y con el de algunos gobiernos municipales.

Evidentemente, el Chapo se siente seguro en Sinaloa.

Evidentemente, Joaquín Guzmán creyó –en dos ocasiones–, que estaría a salvo en su estado.

No obstante, Guzmán se equivocó. Las dos ocasiones que buscó refugio en Sinaloa, el Chapo terminó en manos de la autoridad.

Lo curioso, sin embargo, es que la tercera detención de Joaquín Guzmán ocurre a cinco meses de que los sinaloenses elijan a su próximo gobernador.

Por eso, no está de más preguntar, ¿cómo afectará la recaptura del Chapo en el proceso electoral del cinco de junio? ¿tendrá algún efecto?

Aquí creemos que la detención del capo podría reconfigurar el escenario político en Sinaloa.

Por un lado, con el Chapo en prisión se reduce la tensión que rodeaba al proceso electoral. Hoy sabemos que Joaquín Guzmán estará tras las rejas mientras los políticos buscan el voto de los sinaloenses. Eso, por donde se vea, ayuda a relajar el panorama.

No obstante, hay otro elemento a considerar.

Como aquí hemos dicho, el político más popular en Sinaloa se llama Jesús Vizcarra. Este hombre ya buscó la gubernatura en 2011. Este hombre fue derrotado por el gobernador en funciones, Mario López Valdez. Este hombre es el principal exportador de carne en América Latina. Pero más importante, este hombre fue señalado por la DEA por sus presuntos vínculos con el crimen organizado.

¿Y qué significa para un hombre vinculado con las redes criminales que el capo de capos esté de vuelta en prisión? Simple, que con el Chapo fuera de la jugada, Jesús Vizcarra se habría quedado sin “canicas” para negociar. O si lo prefiere, que Vizcarra ya no tiene el control de la elección pues habría perdido a uno de sus principales instrumentos de presión.

En este nuevo arreglo político, el manejo de la elección está de nuevo en manos del gobernador, Mario López Valdez. Nuevamente, el mandatario marca el ritmo y tiene el pulso electoral. De modo que, de seguir como hasta ahora, el candidato del PRI al gobierno de Sinaloa –y seguramente el próximo gobernador de Sinaloa–, será el hombre fuerte del gobernador, es decir, el actual secretario de Gobierno, Gerardo Vargas.

Por eso, aunque la elección de gobernador en Sinaloa está a cinco meses de distancia, lo cierto es que el proceso electoral estará marcado por el Chapo Guzmán, por su fuga y por la tercera recaptura. Y si no, al tiempo.