En el marco de las discusiones en torno a la ley anticorrupción –que busca generar transparencia en el manejo de recursos por parte de los funcionarios públicos–, se presenta un caso no tan transparente.
Resulta que el ex presidente del PRI, Humberto Moreira, fue acusado –este 6 de julio– de colaborar con el cartel de los Zetas.
El presunto operador financiero de la organización criminal, Rodrigo Humberto Uribe Tapia, declaró ante una corte en Texas haber sostenido dos reuniones con funcionarios ligados a Moreira cuando éste ocupaba la gubernatura de Coahuila. Uribe afirmó haber entregado 4 millones de dólares a cambio de protección para el cartel. Según las declaraciones, el intermediario de la operación fue el entonces procurador de justicia del estado, Jesús Torres Charles, mientras que el destinatario del dinero habría sido el propio Moreira.
El exgobernador no tardó en desmentir las acusaciones y en negar sus vínculos con Uribe, a quien dijo no conocer. Sin embargo, la trayectoria política del priista complica que la opinión pública respalde su versión. Para muestra, dos antecedentes:
1.-Al término de su mandato en Coahuila, Moreira dejó al estado con un grave endeudamiento. Este hecho provocó su salida de la presidencia del PRI pues las acusaciones de corrupción representaban un lastre para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.
2.- En enero pasado, Moreira fue detenido en España. Se le acusó de blanqueo de capitales, organización criminal, malversación y cohecho. Luego de ser retenido una semana en suelo ibérico, el priista salió libre gracias a una polémica decisión del juez Santiago Pedráz, quien –por cierto–, participó en jornadas legales organizadas por el PRI cuando Moreira presidía el partido.
Y aunque el pasado 25 de mayo se cerró el archivo del caso de Moreira, su inocencia sigue siendo cuestionada. Medios españoles lo vinculan con el caso de Juan Manuel Muñoz Luévano, un empresario mexicano acusado de desviar fondos de las arcas públicas de Coahuila, que también fue detenido el mes de marzo en España.
En los dos casos citados el ex gobernador fue acusado de corrupción. En ambas ocasiones, Moreira se deslindó de responsabilidades y evitó la cárcel. ¿Logrará Moreira volver a salirse con la suya y obtener un récord de 3 de 3?
