El pasado 11 de octubre, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), le ordenó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dar a conocer los nombres de los ingenieros militares que estuvieron a cargo de la construcción del Aeropuerto de Tulum.
Sin embargo, la Sedena se negó a hacerlo pese a que el INAI aseguró que dar a conocer esta información no podría en riesgo la seguridad, salud y bienestar de los militares involucrados. La respuesta del Ejército fue negativa y afirmó que los responsables no habían autorizado el uso de sus datos personales.
Tras varios meses de no acatar la medida, de nueva cuenta el INAI pidió al Ejército acatar esta resolución, por lo que la Sedena informó que los ingenieros militares a cargo del Aeropuerto de Tulum fueron los mismos que estuvieron a cargo de la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Fue de esta manera que el INAI encontró que los ingenieros militares a cargo de ambos aeropuerto respondieron a las órdenes del comandante Gustavo Vallejo y a su vez cada obra fue dividida por frentes, por lo que cada frente fue liderado por un ingeniero militar diferente.
Cada ingeniero militar fue el responsable de adjudicar contratos, así como de supervisar y controlar las obras en diversas áreas, sin embargo, son precisamente las operaciones y contratos los que han estado envueltos en diversas auditorías.
Pues en el informe de la Cuenta Pública 2020, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que los ingenieros militares a cargo de estos proyectos, no comprobaron una serie de pagos que en conjunto suman una cantidad de 12 mil millones de pesos.
