No es ningún secreto la pasividad del actual Gobierno Federal ante la ola de violencia que hay en México, así como su fallida estrategia para combatir al crimen organizado.
López: “El ejército no se usa para reprimir al pueblo” Ciudadanoque solicita ayuda a López: “Carajo! el Narco es PUEBLO?” Total #DesgobiernoDeLopez! HDSGPM 🤬🤬🤬 pic.twitter.com/FuOB5Aqr8z
— ConcienciayLibertadCiudadana (@libertadxmx) August 24, 2019
Para ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido muy flexible con los delincuentes y los ha defendido al señalar que son “humanos” y que merecen que sus derechos sean respetados.
López Obrador manifestó a elementos de la Guardia Nacional que los delincuentes son seres humanos que merecen respeto y las autoridades deben ser respetuosos de los derechos humanos.
Todos los detalles: https://t.co/LlPc28ZJgO pic.twitter.com/wHQbPclSfT
— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) February 17, 2020
Como ejemplo, tenemos la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera durante el operativo fallido del pasado 17 de octubre del 2019 en Culiacán, Sinaloa.
Este “humanismo” del mandatario tabasqueño habría agotado la paciencia de los Estados Unidos al grado que ya tienen pensado ingresar a suelo mexicano para buscar y detener a los capos.
De acuerdo con el columnista Carlos Ramírez, presidente Joe Biden firmó el pasado 7 de julio un documento oficial para relanzar la orden ejecutiva de Barack Obama en 2011 y de Donald Trump en 2019, el cual permite a la Unión Americana una mayor intervención directa, supranacional y activa en México para desmantelar carteles y arrestar y deportar a los narcotraficantes.
Te puede interesar | AMLO debe aclarar uso electoral de programa de vacunación
“La orden ejecutiva de Biden decreta una emergencia nacional por cárteles mexicanos y representa un paso más de la Casa Blanca para reactivar la persecución dentro y sobre todo fuera de EU de los cárteles mexicanos que han aumentado su actividad en territorio estadounidense por corrupción de funcionarios americanos. Biden envío una carta a su Senado para informarle de su decisión”, se lee en la publicación.
Con ello, la agenda de seguridad y crimen organizado se coloca como el asunto número uno de interés de la Casa Blanca, inclusive por encima del problema migratorio y de las demandas por violaciones al tratado comercial en tribunales comerciales.
El acuerdo Obama-Trump-Biden es una de las formas intervencionistas de la Casa Blanca en otros países para atender problemas que afectan la vida interna estadounidense, aunque sin acciones decisivas dentro de EE. UU. para combatir los delitos asociados al crimen organizado.
“La decisión ejecutiva de Biden será un factor de presión geopolítica de Washington hacia la estrategia mexicana de construcción de la paz, basada en la no persecución de capos y cárteles y en el énfasis al apoyo social y al desarrollo económico”, añadió el columnista.
Con información de Diario 24 Horas y Quadratín
MSA
