Bellezas del populismo, que tiene a 87 por ciento de los venezolanos en pobreza extrema, lleva dos semanas asesinando manifestantes en Nicaragua y prohibió esta semana en Cuba crear una organización independiente de cineastas.
Veamos:
1.- El jefe de Podemos, el partido populista financiado en España por Chávez y Maduro, se compró un chalet en las afueras de Madrid de más de 700 mil dólares, con 260 metros cuadrados habitables y dos mil metros de jardín y alberca.
Es el líder del partido que promete “expropiación directa” a quienes no posean casa: dar una patada a la puerta y quedarse con el inmueble cuyos dueños no ocupen.
2.- Rosa Virginia, hija del fallecido Hugo Chávez, vive en la residencia destinada al mandatario de Venezuela, pero que en la lejana campaña que lo llevó al poder, su padre prometió que no habitaría para donarla a niños pobres.
Pero nunca un niño pobre ha observado siquiera el finísimo mobiliario de La Casona, el maravilloso jardín, el orquideario, la destellante fuente, la sombreada pérgola ni, cubierto del sol bajo los centenarios ébanos, el majestuoso araguaney.
Y Pablo Iglesias (que se ufana de ser nieto de comunistas comecapitalistas) ofrece “patadas en la puerta” para regalar viviendas ajenas, mientras se compra una de casi un millón de dólares. ¿Permitirá que le pateen su puerta si se va un año a su depa?
Por cierto, la fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales, en cuyo consejo ejecutivo está Iglesias, recibe 3.7 millones de euros del gobierno de Venezuela, según el registro de fundaciones del Ministerio de Cultura de España, por “asesorías sin ánimo de lucro”.
Es el mismo Iglesias que cuando Chávez estaba enfermo escribió:
“Querer a Chávez nos hace tan humanos, tan fuertes. Chávez en la señora que limpia, en el señor que vende periódicos, de la empleada, del vendedor de helados, de la abuela que ahora ve, Chávez de la poesía rescatada. He amanecido con un Orinoco triste paseándose por mis ojos y no se me quita.
“Fuerza, Hugo. Aguanta para ayudarnos a quitarnos este miedo de la soledad de 100 años. Aguanta, presidente”.
Claro que Chávez tenía que “aguantar”: desde 2002 le daba 3.7 millones de euros al ala académica de Podemos, surgido (según Iglesias y su otro fundador, Juan Nicolás Monedero) para promover “la redistribución de la riqueza”.
¿Y las hijas de Chávez? Una sí dejó La Casona: Rosinés. Vive en París, donde estudia en La Sorbona. No se quedó en Venezuela a estudiar en las universidades populares creadas por su padre para los ninis, que son símiles de la UACM de AMLO en la CDMX.
Es lo que une a los populistas:
Hágase el populismo en los bueyes de mi compadre.