Destapan red de corrupción en Congreso de SLP; participaron 9 partidos

En el Congreso de San Luis Potosí, diputados de todos los partidos políticos se han confabulado para saquear millones de pesos de recursos públicos con el uso de decenas de empresas fantasma y el robo de identidades o falsificación de firmas para simular donativos y obras.

Tal es el caso que expone el diario Reforma, en el que José Santos Jiménez Guevara –fallecido el 20 de noviembre de 2016– fue “revivido” por el Congreso estatal para solicitar apoyo para la compra de despensas para los habitantes pobres de su pueblo.

Jiménez Guevara llevaba 72 días de muerto, pero el 19 de diciembre de ese año, gracias a los diputados del PAN, Mariano Niño Martínez y Enrique Alejandro Flores, así como del PRI, Fernando Chávez Méndez, autorizaron 400 despensas al difunto para que las repartiera.

Se falsificó la firma de José Santos para responder por la dádiva. La empresa Joef Innovadores que supuestamente surtió las despensas y se gestionó un pago de 86 mil 499 pesos no existe. La factura corresponde al domicilio inexistente de la colonia Ricardo B. Anaya –sí, mera coincidencia del presidencial…–, cuyos ocupantes negaron que en ese sitio exista o haya existido una empresa.

Este caso apenas un botón de muestra de una práctica generalizada en el Congreso de San Luis Potosí. Mexicanos contra la Corrupción y a Impunidad corroboró que  51 proveedores presuntamente “fantasma” han recibido pagos de por al menos 33 millones 635 mil pesos.

En dichas operaciones están involucrados diputados locales del PRI, PAN, PRD, PT, Partido Verde, Nueva Alianza, Morena, Movimiento Ciudadano y hasta el partido local, Conciencia Popular. Es más, hasta personal de la Auditoría Superior del Estado que, se supone, es el órgano que debe vigilar el correcto manejo de los recursos públicos.

A ello se añade el desvío de 9 millones 600 mil pesos de obras inexistentes gestionadas por los legisladores, con lo que el desfalco documentado, hasta ahora, supera los 43 millones de pesos.

Eso sí, en lo que val del proceso electoral — a tan sólo cuatro días de culminar–, todos los partidos políticos presumen de una honestidad inaudita, prometen acabar con la corrupción y beneficiar a los más necesitados.

Un caso más que, nos demuestra que no hay partidos inmaculados, aunque sus candidatos se jacten de predicar con el ejemplo. Todos los institutos políticos tienen “cola que les pisen” y en este asunto en especial, hasta la Auditoría Superior. Haga usted el favor.