Luego de que se publicara la encuesta semanal de Massive Caller, que ubicó a Mikel Arriola en segundo lugar de las preferencias electorales en la contienda por la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, no solamente el equipo de Alejandra Barrales encendió focos rojos.
Si las encuestas son confiables, el desplome de la ex dirigente nacional del PRD también significa un golpe a las aspiraciones del candidato presidencial de Por México al Frente, Ricardo Anaya.
El candidato del PRI se colocó en segunda posición de las preferencias electorales capitalinas con un 20.02 por ciento. Mientras que Barrales se fue al tercer lugar con 18.81 puntos.
A pesar de que la abanderada de Morena, Claudia Sheinbaum aventaja con 39.34 por ciento en la intención de voto, lo cierto es que el ascenso de Mikel es un balde de agua fría para la coalición del PAN-PRD-MC.
En el cálculo de Por México al Frente, en la idea original creada por Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado, estaba el de la apuesta por la continuidad del sol azteca en la Ciudad de México con el fin de restar votos a Morena –a manera global– para el aspirante presidencial.
Nunca imaginaron que la candidata del PRD por la jefatura del Gobierno capitalino no haría empatía con la ciudadanía. Barrales tiene un tono grisáceo, mientras que Arriola ha logrado lo contrario: conectar con los votantes de derecha.
El PRD se desploma en su bastión, la entidad que tomó hace 22 años. Tras una desbandada de militantes a través de este lapso, Morena no puede cantar victoria a pesar de la ventaja, Mikel tiene dos meses para avanzar y pelearle a Sheinbaum.
En el caso de Alejandra Barrales y Por México al Frente, valdría la pena cuestionar si de plano el PAN, compró un “cascarón vacío”, que no será capaz ni siquiera de retener su bastión.
