El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, vino a México a chillar por el bloqueo de Estados Unidos, que el régimen cubano ha utilizado durante seis décadas como pretexto para justificar la dictadura de los hermanos Castro.
En un templete colocado a modo en el Zócalo por el presidente Andrés Manuel López Obrador, Díaz-Canel victimizó al régimen que representa, al decir: “enfrentamos una agresiva campaña de odio, desinformación, manipulación y mentiras, montadas por plataformas digitales que desconocen los límites éticos, bajo el fuego de esa guerra total”.
Pero de lo que no habló Díaz-Canel es de los aproximadamente 500 presos políticos que actualmente están en la cárcel o bajo arresto domiciliario por participar en las protestas ciudadanas de mediados de julio pasado.
No habló de que él, como cabeza visible del régimen dictatorial cubano, calificó a los ciudadanos inconformes –decenas de miles en varios puntos de la isla– como “gusanos”, un término utilizado en los años 80 por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, para insultar a quienes decidieron salir de ese país para refugiarse a Estados Unidos.
No dijo Díaz-Canel que los tres días de iniciadas las protestas en Cuba ordenó el bloqueo de la señal de internet en toda la isla para evitar que los ciudadanos y periodistas difundieran imágenes de lo que ocurría en las calles.
Tampoco dijo Díaz-Canel que él, aunque ostente el cargo de presidente de Cuba, no es más que el títere de una nomenklatura surgida de la revolución, que es la que en realidad gobierna ese país bajo un régimen totalitario.
Durante los discursos previos al desfile militar con el que se conmemoró un aniversario más del inicio de nuestra independencia se habló de libertad y de fraternidad.
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Pero Díaz-Canel no aclaró que en Cuba no hay libertad de expresión, no hay libertad de prensa, no hay libertad de libre circulación, no hay libertad de comercio y por supuesto, no hay democracia ni división de poderes.
El régimen surgido de la Revolución Cubana no terminó con las clases sociales ni con la pobreza en la isla. Las protestas de julio surgieron precisamente en los poblados más pobres, alejados de las grandes ciudades, en donde la población ya no aguantó más.
Pero de esto tampoco habló Díaz-Canel, instrumento de una dictadura caribeña que ayer fue purificada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
OFF THE RECORD
**MORENIZAN EL GRITO
Patético el papelazo que hizo la flamante cónsul en Estambul, Isabel Arvide, al lanzar vivas a López Obrador durante la ceremonia del grito que le tocó encabezar. No menos ridícula se vio la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, quien hizo lo mismo con el propio presidente y con Claudia Sheinbaum.
¿Qué esperan obtener con esa morenización de la ceremonia del grito?
**DESTROZAN SERVICIO EXTERIOR
El gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, será el décimo cuarto personaje que el presidente López Obrador convertirá en embajador sin tener experiencia diplomática.
Entre los que el presidente ha convertido en embajadores sin tener preparación para ello hay varios de sus amigos.
Con estos nombramientos se podría elaborar un manual sobre cómo destruir el Servicio Exterior Mexicano.
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