De arriba para abajo

Especial

No sorprende que la Secretaría de la Función Pública haya exonerado a Manuel Bartlett en la investigación que dio a conocer el 19 de diciembre. Si la corrupción se combate como barrer escaleras, de arriba para abajo, las exoneraciones se dan de la misma manera vertical.

Desde el 11 de septiembre, más de tres meses antes de que se diera a conocer el resultado, ya el Presidente había dado línea, desde arriba, a la investigación: “Estoy muy satisfecho con el trabajo del licenciado Manuel Bartlett que me apoya en el propósito de limpiar de corrupción la Comisión Federal de Electricidad”.

El 20 de diciembre, al día siguiente de divulgarse el resultado, respaldó no una sino dos veces a Bartlett: “Pañuelito blanco –dijo en la mañanera mientas sacaba y ondeada un pañuelo blanco–, no hay corrupción arriba, me atrevo a decirlo, a sostenerlo, y quiero que me tapen la boca”. Más tarde afirmó que Bartlett había ahorrado a la CFE 4 mil 500 millones de dólares con la revisión de los contratos de gasoductos (la información disponible sugiere que en realidad costarán más a valor presente), “de ahí que no vean con buenos ojos al licenciado Bartlett, pero yo lo apoyo, porque en este asunto, y en otros, ha tenido una postura de defensa de los intereses del pueblo y de la nación”.

La SFP decidió que Bartlett no tiene más bienes que los cinco inmuebles que registró en su declaración patrimonial de 2019 con un valor total de 51.1 millones de pesos. Su pareja sentimental de hace 20 años no es legalmente su concubina, por lo que sus bienes no tienen que ser incluidos en su declaración. Tampoco los de los hijos de ambos, porque no son dependientes económicos. Las decenas de propiedades adquiridas por ella y los hijos, que suman unos 800 millones de pesos, según la investigación de Arelí Quintero para Carlos Loret de Mola, no son relevantes.

Las empresas de ella, aunque hayan obtenido contratos del Gobierno por adjudicación directa o se desempeñen en campos de actividad de la CFE, no han cometido ilícitos y no representan conflictos de interés.

Queda claro que la de Bartlett es una familia con suerte, ya que pudo amasar una fortuna durante el periodo neoliberal, ese que supuestamente empobreció al país, sin ninguna intervención del austero político que estaba solo interesado en salvaguardar los intereses de la nación. Es tanta la suerte de la familia que incluso los jóvenes de 24 años pudieron ganar suficiente dinero para convertirse en prósperos propietarios.

El 20 de diciembre, al día siguiente de la exoneración, el Presidente publicó una foto de una comida en la Barbacoa de Santiago de Palmillas en Querétaro, después de visitar la central eléctrica de El Sauz. Además de él y Bartlett, aparecen la secretaria de energía Rocío Nahle, el gobernador de Querétaro Francisco Domínguez y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera Santiago Nieto. La presencia de este último generó especulaciones ya que no se entendía por qué habría tenido que participar en una visita a una central eléctrica.

Quizá Nieto fue convocado a la comida para explicar cómo ha congelado las cuentas bancarias de los enemigos del régimen, incluyendo dos de Rosario Robles que tenían, según el abogado Julio Hernández Barrios, 20 mil pesos en total, producto de su seguro de ahorro de cuando era funcionaria. Era importante detallar cómo las escaleras se barren de arriba para abajo.

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Castigar sin juzgar

Un tribunal colegiado ha otorgado las primeras suspensiones contra la Ley de Extinción de Dominio que permitiría al Gobierno vender propiedades confiscadas antes de que los dueños hayan sido declarados culpables por algún delito. La ley está hecha para castigar antes de juzgar y viola la presunción de inocencia.