La imagen es, de suyo, reveladora: familias de cubanos ondean pequeñas banderas para recibir al primer crucero americano que visita la isla en medio siglo.
Hace un par de décadas, nadie habría creído que los cubanos ovacionarían un buque del imperio.
Sin embargo, así fue.
A días de que el comité del Partido Comunista reeligiera a Raúl Castro como su líder –y anunciara que gobernará la isla otros cinco años–, la realidad se plantó frente al mandamás de los cubanos y le dejó ver que el cambio había llegado. La transformación de la isla estaba en las costas cubanas. El tiempo de la revolución había terminado.
Hoy, luego de casi 60 años del estallido de la revolución cubana, es evidente que se trató de una apuesta fallida.
Hoy, las evidencias de rezago y pobreza confirman que el socialismo no es la ruta hacia una mejor vida.
Hoy, queda claro que el gobierno cubano se equivocó y que pasarán las de Caín para tratar de alcanzar al resto de la comunidad internacional.
Por eso, llegó el momento de preguntar, ¿qué dirán los que defendieron a capa y a espada la revolución cubana? ¿qué dirán los que aplaudieron las decisiones que hoy tienen condenados al fracaso a decenas de miles de cubanos? ¿qué dirán los que buscaban llevar a México a una revolución similar?
Hoy, con el golpe de realidad anclado en las costas cubanas, viene a cuenta preguntar, ¿qué dirán los que permitieron que Cuba viviera como vive durante 60 años?
¿No será que llegó el momento de pedir perdón?
